Lección 43

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Cómo descansar después de trabajar

YoonGi había sobrevivido al primer día de prueba, luego al segundo, después al tercero y eventualmente consiguió el puesto a pesar de que no estaba muy seguro de cómo funcionaba el método de repartición de correos al principio; pese a que fue capacitado al respecto, aún se le perdonaban un par de errores y aquello lo agradecía.

Muchos podrían pensar que para el año en el que se encontraban aquello de "mandar cartas" se volvería completamente obsoleto y estaban en lo correcto, hasta cierto punto; los escritores no tienen tiempo ni ganas de revisar sus correos electrónicos así como la editorial no posee ganas ni tiempo de ver los cientos de miles de mensajes de fans, así que contrataban a personas como YoonGi, el debía organizar todas las cartas electrónicas que recibía la editorial, colocarla en su respectiva casilla y evitar los mensajes extraños o malintencionados.

El trabajo era bastante avanzado, todo era virtual y lo único que necesitaba era una tableta así como el pequeño robot asistente que le habían otorgado.

—¡Auch! —se quejó cuando el pequeño robot pasó sobre su pie—. ¡PD! —le reclamó.

—Lo siento —le dijo con una voz electrónica, YoonGi bufó mientras este seguía rodando alrededor de la oficina.

Durante el desarrollo de las máquinas en masa, la mayoría de las personas consideraron que debían tener todo completamente automatizado, reduciendo la población trabajadora solo a robots. Sin embargo, eventualmente y con el pasar de los años, se dieron cuenta de que esto no era una buena inversión a futuro; las máquinas no eran iguales a los humanos y que el margen de error al usar nada más tecnología era demasiado grande, por lo que se decidió entonces que el trabajo era un factor de ambos lados: humano y tecnológico. Así que por eso alguien como YoonGi era quien organizaba los correos junto a un sistema automatizado de fácil manejo.

—Bien, vamos con Jung TaeOh —decía mientras movía su mano por los hologramas que formaban la tableta—. Vamos a organizar los emails de su último libro, por aquí... —abrió una carpeta con el nombre del libro y mandó ahí cada correo que mencionara algo relacionado al material, un total de más de cien correos entraron a la carpeta y eso lo lanzó con el movimiento de su mano hacia el pequeño robot que parecía no querer quedarse quieto—. ¿Estás sincronizando todo, cierto?

—¡Sincronización completa! —anunció—. Se han detectado un total de catorce correos que incluyen las palabras prohibidas, requieren revisión.

YoonGi suspiró y abrió cada uno de ellos, borrando más de la mitad para que el escritor no los viera; algunos no eran la gran cosa y otros simplemente le provocaban nauseas, pero bueno, ese era su trabajo.

—Bien, sigamos con esto —bostezó y repitió el procedimiento con otro de los libros del hombre.

Una vez terminada la organización con todos los autores que pudo por el momento, salió del pequeño cuarto al que llamaba oficina y caminó por la editorial junto al pequeño robot. Finalmente, entró a una de las secciones en donde se encontraban los escritores; ellos solían ir para revisar junto con los editores sus nuevos libros, capítulos, o hablar sobre los términos de la venta del material. YoonGi entró a la oficina que correspondía para TaeOh y su editor apagó el holograma que funcionaba igual que la pantalla de una computadora.

—Lo siento por interrumpir —les dijo con una sonrisa pequeña de disculpa. El hombre le hizo un ademán para que pasara mientras su editor tomaba un poco de agua—. Tiene correo, y dos cartas hechas a mano —se las entregó y este frunció un poco sus labios, tomándolas—. PD tiene el resto.

TaeOh suspiró y tomó algo parecido a una tarjeta transparente, se levantó y la acercó al robot el cual rápidamente hizo un sonido de haber completado el proceso, la tarjeta brilló y el contrario la apartó.

How To Train Your Robot | myg + pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora