Una noche sin Luna

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Ella es hermosa, la mujer ideal y una reina
.

Palabras de su niña, palabras que recordaba en ese momento, al mirarla detenidamente, mientras ella observaba la lluvia caer, desde la ventana de su habitación.

Esos días habían sido grises, tristes y confusos.

La lluvia que cayó durante toda la semana, aún no cesaba y parecía acompañar el humor de su hija.

_Mama.

Fruncio el entrecejo al escucharla, estaba tan preocupado, si bien al llevarla al hospital sólo tenía las marcas de una mano en su brazo, ella no estaba bien, el moretón aún se le notaba, pero eso era lo menos importante, ella no dijo nada y cuando le hablaba de ir con su psicóloga, se negaba.

Motoki, lo había dejado en vilo, al contarle toda la investigación.

_Esa mujer no puede ser su madre, sólo la ayudo, crees que si lo fuera, ella estaría aquí. Si la ayudo es porque la quiere, no la dejaría.

_Por favor amigo, no te cierres, si ese hombre es su padre, evidentemente nada bueno paso entre ellos, tal vez algo le impide acercarse.

_Es que me niego,me niego a creerlo.
Crees que me conozca, que sepa quien soy?

_No lo creo, tal vez ahora que la vio se lo dijo, pero creo que sólo la dejo aquí, porque es el principal destacamento de la ciudad.

Nunca hablaba de ella, jamás pudo decirle como era, aunque él no dejaría de intentarlo.

_Pequeña dama.

Se acercó hacia la ventana para quedar frente a frente con su hija.

_Dime papi.

Ella lo miro exhibiendo una forzada sonrisa.

_Cuéntame por favor, como es tu mami, si quieres que me casé con ella, debo conocerla mejor, no crees?

La pequeña alegro su mirada y lo invitó a sentarse en su cama, justo al lado de ella.
Ilusión era lo que sentía, tener una hermosa familia era lo que más deseaba, ya que no recordaba si la había tenido o no.

_Ella es hermosa, su cabello es largo y sedoso, su mirada es limpia y pura, su cuerpo es todo un monumento y su piel es tersa y suave.

Mamoru no podía creer las palabras que expresaba su hija, definitivamente no eran suyas.

_Es la mujer ideal, amable, cariñosa y gentil.

Sus ojos parecían iluminados al hablar de su mamá, él la escuchaba en silencio, ahora se preguntaba quien era el dueño de esas palabras, acaso ... El, ese desgraciado.

_Es una reina, benevolente, honesta y cuando sonríe,  su sonrisa parece aclarar todo el Valle.
Es encantadora mi mamá.

El la miro extasiado, desconcertado, pero pensando en que una mujer con esa descripción no podía ser aquella que hace una semana la rescato, una mujer con esa descripción, enamoraria a cualquiera.

Dulces sueños princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora