Sueños de la luna

339 38 91
                                    

Ella corrió y corrió, verlos a los tres así, juntos, tan cerca de ella, le causó temor rabia, irá, toda clase de emociones negativas.

El hambre y el frío le jugaban en contra, pero necesitaba ponerse a salvo, pensar como resolver su situación a partir de ese momento en que vivía y sólo le quedaba volver hacia Makoto.

.

.

.

_Asi es cariño, soy yo.

El camino hacía atrás, sorprendido con esa mujer parada frente a él.

Por más momentos difíciles, crueles y sorprendentes que vivió, nada lo había preparado para ese.

_Ma, mamá?!

Sólo tenía vagos recuerdos de ella, no muy buenos, pero si tenía muy presente ese viejo retrato hablado que proporcionaron los testigos del asesinato de la señora Mizuno.

Y ahí estaba parada frente a él, como si el tiempo no hubiera pasado, con una sonrisa escalofriante y una mirada subyugante, que el no llegaba a comprender.

_Tenía tantas ganas de verte. Saber como habías crecido, si te parecías en verdad a él o tenías más rasgos de nosotros.

Se acercaba más a él y él retrocedía de igual forma.

Con cada acercamiento podía verla mejor y más sorprendido quedaba.

_No tu no puedes ser mi madre, te ves tan , no has cambiado nada.

Ella río escandalosamente, como la mujer indecorosa que era.

_Créeme que los soy ,en el lugar en donde vivo, todo es diferente.

Entrecerro los ojos sin siquiera llegar a vislumbrar, todo lo que esas palabras significaban.

_No entiendo lo que dices y tampoco quiero saberlo.

Volteó para irse siendo impedido por la peli verde, con un fuerte apretón en su brazo.

_Yo sólo quería verte y hacerte una propuesta.

Abrió su boca expresando su sorpesa, pensando en que podía ofrecerle una delincuente, que jamás hubiese querido volver a ver.

_Yo no y no quiero saber nada de ti, sólo no te he puesto las esposas, porque jamás querré que me relacionen contigo.

_Hijo yo te quiero.

El alzó su voz, levantando su mano frente a ella, increpándola por lo que él creía era un absurdo cinismo.

_Eso no es cierto, tu me maltratabas, me abandonaste y por si eso fuera poco, asesinaste a alguien luego de dejarme en el orfanato.

Ella gritó frente a él, dueña de un cruda realidad, que le lanzó sin importarle que el jamás la recordaría.

_Gracias a mi estas vivo y tus amigos también, todo lo que hice lo hice por tu bien y el de esos niños.

Cada palabra que salía de la boca de su madre, era para él un interrogante mas.

_Que amigos? De que hablas? Yo no te recuerdo ni siquiera a ti, ni a mi padre sólo he visto sus retratos, que descansan en un anaquel al lado de mi oficina, recordandome quien soy cada día.

Dulces sueños princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora