Impulso lunar

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Ami sintió una opresión en su pecho, triste por la palabras de Jane, se sentó a su lado en la cama y la abrazo con toda intención de mitigar su pena.

No la entendía, no podía hacerlo, sólo pensaba en lo mal que se encontraba y en la frustración que eso le causaba.

La rubia trataba de ahogar su llanto, quería que sus palabras salieran,  pero sabía que Ami no lo entendería y temía que tratara de usar métodos más duros con ella, para que así se recuperara. 

_Jane tu puedes decirme lo que sea, por favor no te cierres, habla.

Ella se movió de su lado y la miro fijamente a los ojos.

Que decir, no lo sabía, lo que si sabía era que ella no la recordaba y no podría hacerlo, el estaba ahí, ya no era seguro.

Comenzaba a calmar su aflicción, había encontrado a su niña y sabía que estaba bien, tenía a un buen hombre que velaba por ella, que la cuidaba, eso le había dicho.

Habían sufrido tanto hacía tanto tiempo.

Se sentía mucho mejor y pensaba que podía seguir con lo que la llevo a escapar.

Su hija también había sido presa del trastorno, de un extraño mal que la aquejaba, de la tristeza y de la infinita confusión, causada por una pasión retorcida y enferma y por una obsesión, por lo que no les pertenecía.

_Ami, mi querida Ami.

Las lágrimas brotaron de sus ojos tan rápido como sus palabras salían de su boca.

_Tu eres mi amiga, mi fiel compañera.

Me cuidas, tu me cuidas.

No pudo continuar, su llanto resquebrajaba sus palabras y su mente colapsaba por momentos.

Se maldecía por eso, recordar tanto dolor no la dejaba continuar.

Lo único que la calmaba era que ellos no pudieron realizar sus planes, pero sabía por su presencia allí, que él jamás desistiría.

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Mamoru con el documento en sus manos, no podía controlar su ira y mucho menos su descontento ante lo que acababa de oír.

_No puede ser, pero de que se trata todo esto?

Para el era increíble y también sobrepasaba todos los límites de la razón. Tenían un parentesco con Black y por ende este lo tendría con sus padres.

Una conexión con ellas, eso era muy evidente para él, pero cuál era esa conexión y como lo averiguaría, no podía saberlo.

_Iré a preguntarle a ese desgraciado y tendrá que decírmelo de una vez.

Se dirigió a la puerta sin pensar en nada más, olvidando todo a su alrededor, hasta sentir la mano de Motoki retenerlo con fuerza.

_ No, tu no irás a ninguna parte, te tomarás esos días y yo me encargaré de esto.

Le dijo seriamente y sin apartar su mirada.

Dulces sueños princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora