Unos golpes cortos y rápidos destrozaron su membrana de sueños. Giró sobre el colchón y quedó boca abierta con uno ojo medio abierto en medio de la oscuridad de la habitación. Los golpes volvieron a retumbar en la puerta. Le tomó unos segundos procesar la situación y darse cuenta de que alguien estaba llamando a su puerta, y se supone que no espera visitas.
Se levantó silenciosamente de la cama y sin apenas iluminación llegó a la mesa donde había cenado ayer para coger su pistola. Después de tantos días aquí ya se había hecho un esquema mental del sitio, gracias a lo cual le resultaba bastante fácil orientarse. Se cercioró de que el cargador estaba lleno y avanzó a paso rápido y sigiloso hasta la puerta. De nuevo el golpe de nudillos en la puerta. Decidió cambiarse el arma de mano por si acaso no era un hostil. Abrió un poco la puerta y sacó media cara. Cuando tuvo que alzar el cuello para observar el rostro de su visita, lo combinó con un bufido de molestia. Abrió la puerta de par en par.
- ¡Me has puesto en tensión total! -se quejó, nervioso Dean.
- Buenos días a ti también, hermano -acto seguido, Sam pasó por el lado de su hermano y observó la habitación- Se ve mejor en persona que por videollamada.
Dean cerró la puerta.
- ¿No estabas buscando al demonio?
- Sí, pero no he vuelto a saber nada de él, así que supongo que se habrá ido a la otra punta del mundo para evitarme, y en vista de que tú estabas aquí solito, decidí venir por fin.
- ¿Cómo has llegado?
- Bobby me trajo. La ciudad es bastante bonita, por cierto -dijo, casualmente. Se adentró más en la habitación para dejarse caer en una de las sillas que había al lado de la mesa- ¿Todo bien por aquí? -soltó un bufido a modo de respuesta. Su hermano ya tenía una ligera idea de la telenovela por la que estaba pasando, pero ni de broma estaba al tanto de todas las miserias y dudas por las que había pasado en cuestión de unos días, y no estaba del todo convencido sobre decírselo. Sam seguramente no le pondría pegas... no muchas, al menos; pero él le soltaría un sermón moralista sobre cómo estaba jugando con las dos mujeres, y en ese punto, tendría que defenderse a base de abrir su corazón, y era algo que no le apetecía demasiado. Además, seguramente le soltaría el argumento de su vida como cazadores, y suficiente había tenido con martirizarse él solo con ello- Jm. Eso no suena muy bien -frunció la nariz un segundo- ¿Problemas con las chicas? -ahí fue cuando Dean se dio cuenta que su hermano no había llegado a la universidad por mero y azar y que ya sabía leerle con facilidad. Estaba claro que no podría ocultárselo todo...
- Es... complicado -divagó.
- Bueno, he estudiado Derecho y ahora mismo tengo bastante tiempo libre... -dejó caer con tono inocente.
El mayor de los Winchester chasqueó su lengua un par de veces sin apartar la mirada de su hermano. Joder, en verdad tendría que decírselo... Resopló.
- Vale, pero vamos a desayunar a alguna parte, me estoy muriendo de hambre.
Durante casi media hora, su hermano pequeño estuvo escuchando el drama amoroso que era intercalado con rápidos tragos de café y mordiscos a sus tortitas además de algún dato irrelevante sobre la gárgola ya vencida. A lo largo de la narración, intentó que su expresión facial no cambiase, así que cuando una mueca amenazaba con romper la neutralidad de su rostro, empezaba a beber de su taza. Dean se veía realmente estresado, gesticulando más de lo usual y resoplando a partes iguales. Una vez finalizó, tomó una gran bocanada de aire y dejó sus brazos inertes sobre la mesa de la cafetería, a los lados de su plato de tortitas casi vacío. Ambos hermanos se quedaron mirando el uno al otro; la mirada del mayor intentaba no decir nada, pero se podía notar la impaciencia e impotencia que cargaba sobre él, mientras que los ojos del pequeño de los Winchester observaba al mayor con bastante seriedad, sin rastros de mofa, cosa que alegraba a Dean.
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Entre Dos Vidas
FanficLos hermanos Winchester viven en un constante cúmulo de problemas y desastres que parece no tener parón. Tras tantos años, han forjado una confianza y determinación como cazadores que resulta asombrosa, pero como le pasa a mucha gente, la seguridad...