Epílogo

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Llevamos tres días en Tapalpa, estamos hospedados en unas cabañas ubicadas en el bosque a unos dos kilómetros del centro del pueblo, fue un viaje de tres horas y muy chistoso, nos fuimos en dos carros igual que cuando me llevaron al metropolitano. La cabaña es muy hogareña y algo grande, cuenta con unas mesitas fuera de esta, al entrar del lado derecho se ve una sala y una chimenea, a la izquierda una pequeña cocina con lo necesario, en medio de estas se ve un pasillo muy pequeño hay dos puertas por lado, los mellizos comparten cuarto, Ann y Mel comparten otro, Brent y Carlos comparten y como es de esperar, Erico y yo compartimos cuarto, hemos comprado algo de comida al llegar, al día siguiente fuimos a las cascadas, fue chistoso porque Ann siempre resbalaba y al regresar ya no podía, el día siguiente estuvimos caminando a los alrededores de la cabaña y bosque, y ayer fuimos a las piedrotas que también fue un viaje interesante.

Hoy teníamos planeado ir un rato al pueblo y después regresar a la cabaña pero tal parece que el clima no lo quiere así porque desde que nos levantamos a hacer el desayuno estaba lloviendo como si no hubiera un mañana así que decidimos desayunar, limpiar y jugar los diversos juegos de mesa que cada quien trajo, para nuestra buena suerte compramos lo suficiente el primer día que llegamos así que tenemos para la comida de hoy y el desayuno de mañana; es por eso que nos decidimos por comer unos sándwiches y quesadillas.

-Miren, ya dejó de llover-

-Tienes razón Ann-

-¿Les parece si vamos al lago que encontramos el otro día?- pregunta Brent

-Claro- limpiamos los trastes y salimos de la cabaña

-¿Por donde quedaba?-

-Pasando la cabaña liebre-

-Cierto-

Caminamos en silencio hasta que vemos a pocos metros el lago, el otro día vimos a unos niños remando, eran de la edad de las gemelas o un poco más grandes pero se veían muy divertidos. Hay un pequeño muelle y a su lado están las canoas y los remos, avanzamos con cuidado hacia estas por el lodo que se forma antes del lago, todos estamos por llegar a las canoas cuando de repente vemos como Carlos quien es el primero, pisa mal y se va de espaldas dándose un buen trancazo, lo ayudamos a levantarse y nos reímos juntos; tomamos dos canoas, en una nos subimos las chicas y en otra los chicos, entramos al agua y comenzamos a remar, Mitch y Mel van en el frente mientras que Ann y yo en la parte trasera.

-¿Les parecen unas carreras?- pregunta Damián

-Si-

-Vamos al borde, debemos de llegar al otro extremo, pasar por medio de las dos islitas y regresar al lugar de inicio- dice ahora Erick

-De acuerdo- vamos hacia la orilla, contamos tres y salimos.

-Nos vemos- dicen los chicos riendo ya que nos rebasan.

- Ann y Mitch, al decir uno ustedes reman; Mel, tú y yo remamos al decir dos-

- De acuerdo-

-¿Listas?-

-¡Listas!-

Comenzamos a remar como acordamos y de un momento a otro ya estamos entre las islitas.

-Nos vemos en la meta chicos- reímos y seguimos con nuestro gran ritmo; la canoa toca el punto de partida y gritamos de emoción -¡Ganamos! ¡Wuuuu!-

Poco después llegan los chicos y todos bajamos de las canoas.

-Bien jugado, pero mañana queremos la revancha-

-Hecho- Nos sentamos un rato en el muelle a observar mejor la vista del lugar, recargo mi cabeza sobre el hombro de Erick y el recarga su cabeza en la mía.

-Voy rápido a la cabaña- dice Erick poniéndose de pie. -¿Me acompañas?- me extiende la mano y la tomo, me pongo de pie y me sacudo un poco el short.

–Quiero estar más contigo-

-Eres un menso- me rio y lo empujo, ni siquiera fue fuerte pero como que no estaba pisando bien porque porque da traspié y cae al lago, me tapo la boca al momento que abro los ojos como platos y me río, los demás hacen exactamente lo mismo pero sus risas son más fuertes. Erick sale del lago y me ve sonriendo, pero una sonrisa rara, uy trama algo y no me agrada, salgo corriendo lo más pronto posible y escucho como me dice:

-Corre todo lo que quieras pero te voy a alcanzar- giro un poco para ver donde va, llego hasta donde hay unas florecitas con mucho pasto, estoy por dar otro paso cuando siento como me carga sobre su hombro como si fuera un costal de papas.

-Suéltame-

-No-

-¿Qué vas a hacer?-

-Lo mismo que tú- avanza hasta el borde del muelle.

- Pero si yo no te hice nada- se detiene

- Ajá-

- Erick- me digo en un suplico, trato de moverme pero aprieta más el agarre en mi espalda.

- Renatta-

- Bájame-

-¿Segura?-

-Si, ya suéltame-

-A la orden señorita- lo próximo que sucede es como siento volar tantito para caer en el lago y sumergirme, salgo a la superficie, me quito el cabello de la cara para luego sentir un poco de agua en el rostro pero sin ver bien junto el hecho de que siento como soy cargada como si de una princesa se tratara, veo al causante que es Erick.

- Te odio- me sonrío

-Me amas- me sonríe de vuelta

-Ni de broma- Pongo los brazos alrededor de su cuello y nos besamos, va lento pero se logra sentir la pasión por parte de ambos y mi corazón se acelera; nos separamos a causa de que sentimos unas gotas de lluvia caer, salimos del agua.

-Deberíamos regresar, llegó de nuevo la lluvia-

-Ya estamos mojados- contesta Erick, me deja ya con los pies sobre tierra.

-Ustedes dos querrás decir- dice Carlos

-Ya, da igual, unas gotas no hacen daño- digo sonriente, al final no es el aguacero que se vino en la mañana es más bien que esta chispeando.

-Bien-

Nos quedamos jugando a las trais y sin esperarlo Erick llega por detrás de mí me da vueltas en el aire y reímos, me deposita en el suelo y me abraza, acto que yo correspondo.

-No tienes una idea de cuanto te quiero- se separa para verme directamente a los ojos para decirme esto.

-Seria al revés más bien- pongo mis brazos en su cuello y uno mis manos detrás.

-¿Quién lo diría eh?-

-¿Qué?-

-Eres muy despistada- se ríe

-Eres un grosero- me rio de igual forma

Juntamos nuestros labios, creando así un mágico beso lleno de emociones, razones y promesas, escucho de fondo como los demás hacen burla, lo dejo de lado y sigo con lo nuestro.



¿Creyeron que este era el fin? No, todavía falta mucho por vivir pero puedo decir que les agradezco a aquellas personas que trataron de verme sufrir, sin ellas jamás habría conocido a estas geniales personas que considero unos grandes amigos con quienes viví muy buenos momentos en este verano que se quedarán por siempre en mi memoria...

¿No les dije? Erick y yo entramos a la misma universidad por lo que nos estaremos viendo muy seguido y, quien sabe, tal vez algo nuevo suceda.

¿Amarte? Ni de broma  -En edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora