XLI

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Los ojos de la castaña se abrieron lentamente hallándose en un lugar completamente oscuro.

Sus manos estaban atadas fuertemente, lo que le provocaba un gran dolor en las muñecas. Su boca estaba cubierta con una cinta gruesa que impedía que pueda pedir ayuda. Ahora sabía que más que nunca estaba sola. Nadie más la rescataría, nadie siquiera sospecharía que fue Ryan quien la secuestró.

La persona que algún día le prodigaba su amor la había encerrado como a un animal, no había tenido compasión ni remordimiento, en ese momento descubrió que Selena había tenido razón.

Ella nunca conoció al Ryan real, la persona de quien se había enamorado era realmente un fantasma, no existía.

Ahora estaba perdida, no podía ver nada, ni tratar de gritar por ayuda, sólo un milagro la salvaría.

—¿Estas seguro de que todo saldrá bien? —una voz se aproximaba a donde estaba la castaña, rápidamente cerró los ojos fingiendo estar dormida para que no le hiciera daño.

Los pasos se aproximaban cada vez más a donde ella estaba, el miedo la invadía, sabía que cualquier mínimo error sería su fin.

—El plan es aprueba de fallas, nadie conoce de este lugar más que Alfredo y yo. Prepara todo para partir, dentro de una hora nos vamos. —las dudas invadían a la pequeña Ariana, se sentía indefensa en aquel lugar, el miedo la estaba destruyendo por dentro.

—¿Que harás con... Justin? —el nombre de aquella persona logró llamar más su atención, Justin estaba involucrado en esto.

—No me hables de ese imbécil, arruinó mis planes desde un inicio. Ahora pagará las consecuencias. —

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—Maldición. —susurró la joven mientras observaba el interior de la habitación en busca de algún indicio sobre el paradero de su castaña amiga.

—¿Estás segura de que está aquí? Tal vez ella ya esté allá en la preparatoria. —preguntó la morena mientras observaba a su amiga llamar desesperadamente a Ariana.

—No atiende el teléfono, ella jamás hace eso. —Elizabeth estaba desesperada, sabía que algo malo sucedía. Cuando había llegado había encontrado la puerta abierta, ella jamás la dejaba así, era muy cuidadosa en ese aspecto.

Se había rendido en que su amiga le contestara el teléfono, había llamado a los padres de ella quienes habían dicho que llegarían enseguida.

Un presentimiento extraño la invadía.

En ese momento recordó a Justin. Elizabeth sabía perfectamente los planes de su amiga, tal vez estaba con él, tal vez él sabía algo acerca de ella.

Sin pensarlo dos veces guardo su teléfono y salió de aquella casa.

—¿A donde vas, Liz? —preguntó nuevamente su amiga algo preocupada. Camila salió de la casa luego de ver que lo hizo su amiga, Shawn estaba a su lado tratando de tranquilizar a ambas, justo ahora estaba siendo objeto de las inseguridades de ambas.

—Tengo una idea acerca de donde podría estar Ariana, ustedes vayan a la fiesta. Yo iré con ustedes en cuanto pueda. —Elizabeth los mira por última vez y se aleja de donde ambos estaban mientras camina lejos de aquella casa.

—¡No!— grita Camila trayendo la atención de ella haciendo que vuelva a mirarla. —No te dejaremos sola, estás ocultando algo Elizabeth. Ariana también es mi amiga, no dejaré que vayas sola. —Shawn tomó el brazo de la joven, lo que menos quería es que saliera lastimada, lo que menos quería era que fuera con ella.

—Camila, por favor. —lo mira suplicante mientras ella sólo se suelta de su agarre mirándolo por última vez.

—Escúchalo Camila, yo sé defenderme. Sí quieres ya no vayas a esa fiesta, pero no vas a ir conmigo. Busca a Selena, ella tiene más respuestas justo ahora—

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Tres golpes a la puerta llaman la atención del joven rubio. Llevando una mano a su cabello mira por última vez a su novia quien descansa al extremo de la habitación y se levanta de la cama. Se pone unas bermudas y sale de su habitación.

Unos tres golpes vuelven a perturbar su tranquilidad, aunque está vez ellos suenan mucho más desesperados y hacen que Justin comience a preocuparse.

Cualquier rastro de sueño se esfuma rápidamente de él y sin perder el tiempo baja las escaleras corriendo hasta la puerta.

Tras abrirla sus ojos se encuentran con su vieja amiga.

Elizabeth Gillies.

—¿Mal momento, Bieber? —la joven encarna una ceja observando a Justin detenidamente. Su aspecto somnoliento lo delataba, sin contar además la manera en la que vestía.

—¿Que sucede, Liz? —esté mira algo confundido a su amiga. Lucía muy formal como para venir a verlo a él, si mal no recordaba hoy era la fiesta de graduación de su preparatoria.

Él iba a una preparatoria diferente, sin contar que él era dos años menor que ella.

—Es Ariana, Justin. No está en su casa donde se supone nos veríamos para ir a la fiesta. —en la imagen del aquella joven castaña inmediatamente llegó a su mente. Entonces logró que por un momento se olvidara de todo, de su novia, su situación e incluso de la persona que estaba delante de él.

—¿Amor, quien es? —aquella voz la saco de sus pensamientos y logró hacer que vuelva a la realidad.

—Oh veo que estabas ocupado. —la imagen de Kylie apareció frente a ella, estaba sólo cubierta con una sábana alrededor de su cuerpo, lo que hacía que Elizabeth llegará a una conclusión.

—Es Elizabeth, vino a hablar conmigo, pero no es nada importante, vuelve a la cama, iré enseguida. —susurro cerca a su rostro mientras acariciaba el mismo y ella asentía levemente.

—Justin, necesito que me digas si sabes algo de Ariana, antes de irme me dijo que vendría a hablar contigo. —Kylie se detuvo en seco y volvió a donde ambos estaban. Cuando conoció a Ariana le pareció una chica dulce y tierna, era educada, amable y buena amiga. Casi imposible que ella la odie.

—¿Que sucedió con Ariana? —preguntó mirando a Elizabeth. A ella no le agradaba en lo absoluto Kylie, creía que era un oportunista y ahora lo estaba demostrando.

—Desapareció, sólo me fui por quince minutos y cuando volví encontré la puerta abierta, pero ella no estaba. —para Justin eso era muy extraño, sólo una persona era capaz de planear algo tan macabro y retorcido.

—Sé dónde puede estar. —dijo Justin mientras miraba a Liz. Una rayo de esperanza al fin había llegado ante ella, finalmente la encontraría.

—Pues no debemos perder el tiempo, vamos. —gritó ella mientras caminaba hasta su auto. No quería perder ni un minuto, el tiempo era valioso e importante para determinar dónde se encontraba la castaña.

—Yo no iré. —miró a Kylie quien estaba sorprendida por sus palabras, él no quería dejar a Kylie sola, era su novia después de todo.

—Ve Justin, ella te necesita. —susurro por lo bajó, siempre fue consciente del amor que ambos se tenían y aunque Justin dijera que ya la había olvidado sabía que no era así.

—¿Estas segura? No quiero dejarte sola. —la morena esbozó una delicada sonrisa y asintió levemente. No podía mentir la mataba el hecho de que la dejará sola, pero Ariana podría estar en peligro y era primero conseguir su seguridad. —Volveré pronto. —besó su frente una vez más mientras aspiraba su olor a vainilla, quería recordarla mientras no estuvieran juntos.

Sin decir nada más ambos susurrando un pequeño te quiero y finalmente se separaron. Justin subió al auto de Liz y ambos empezaron el trayecto a donde iban.

—Justin, ¿Estás seguro que sabes dónde esta? —Justin asintió y siguió conduciendo, su pequeña estaba sola en las manos de ese idiota, debía rescatarla.

Let me call you crush ↬A.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora