Capítulo 56

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Los aplausos fueron los que me devolvieron a la realidad y sonreí recordando donde y con quienes estábamos. Jungkook me dio un dulce beso en los labios ante el grito de todos los presentes y nos levantamos y regresamos a la mesa.

Nos felicitaron por la canción, Yu Jin estaba sumamente emocionada y nos abrazó agradeciéndonos el momento, yo estaba en shock por las palabras de Jungkook, no me las esperaba. Estuvimos platicando un rato más y Ji Soon nos dijo que a la mañana siguiente nos esperaban a las 9:30 para desayunar. Poco a poco se fueron yendo todos hasta que nos quedamos solos Jungkook y yo.

Me tomó de la mano y caminamos al piano, nos sentamos en el largo banquillo. Empezó a tocar una dulce y sensual melodía mientras yo lo miraba, al terminar me besó humedeciendo primero mis labios hasta que su lengua alcanzó la mía y se unieron en una sincronía perfecta de movimientos, en tanto su mano subía por mi costado levantando un poco el vestido para luego posarse en uno de mis senos que acarició al tiempo que su lengua recorría mi cuello. Cerré los ojos sintiendo como mi pulso y mi respiración se elevaban.

– Kook, alguien puede vernos –dije al sentir su mano en mi entrepierna.

– Eso tiene solución.

Se levantó y puso el seguro en ambas puertas y corrió las cortinas del lado que daba a la terraza. Volvió a sentarse a mi lado con sus piernas a los costados del banquillo me rodeó por la cintura y comenzó a besar mi hombro.

– Jungkook, estamos en tu casa y tu familia también.

– Tranquila, nadie se dará cuenta te lo aseguro, pronto estarán dormidos.

– Mejor vamos a la recámara.

– Después iremos, te dije que esta noche no dormirías –susurró en mi oído mientras con la punta de su lengua recorría mi oreja.

Su mano acariciaba mi muslo hasta que llegó a la ingle y en automático abrí las piernas, él comenzó a frotar mi sexo encima de la ropa interior excitándome lo suficiente para querer sentirlo ya dentro de mí, así que me levanté y me senté sobre él con mis piernas a sus costados. Besó la base de mis senos que sobresalían del vestido en tanto nuestros sexos se rozaban.

Me pidió que me levantara y eso hice, me cargó y me colocó sobre el piano, subió mi vestido y después me quitó la ropa interior, hundió su cabeza entre mis piernas y comenzó a recorrer mi parte más íntima con su lengua, empecé a jadear mientras me sostenía de mis ante brazos con la cabeza hacia atrás.

Mis jadeos parecían impulsarlo a seguir recorriéndome, pues lo hacía sin cesar aumentando y disminuyendo la velocidad de sus movimientos, tratando de que su lengua tocara lo más profundo de mi ser que se pudiera, yo tenía abierta la boca y me lamía los labios sintiendo como mi cuerpo ardía por sus húmedos besos que seguía proporcionándome en cada rincón. No pude evitar soltar un gritito cuando a la par de su lengua sentí que me introducía un dedo y luego lo sacaba y volvía a meterlo en un acompasado ritmo que me estaba enloqueciendo hasta que sentí alcanzar al éxtasis y me mordí un dedo para no gritar.

Me ayudó a bajar del piano, mis piernas me temblaban y me besó apasionadamente en tanto su mano bajaba el cierre del vestido y me lo quitaba por completo. Desabroché su camisa y se la quité, volvimos a besarnos mientras nuestros pechos se unían y el recorría mi columna vertebral con las yemas de sus dedos hasta llegar a mis nalgas que acarició.

Se desabrochó el pantalón y se lo quitó mientras yo lamía uno de sus pezones y el otro lo acariciaba. Cuando estuvimos desnudos nos recorrimos con la mirada, en ambos cuerpos se notaba la excitación, mis pezones estaban firmes al igual que su miembro, de pronto fijo sus ojos en el lado izquierdo de mi abdomen y pasó dos dedos por el pequeño parche adherido a mi piel y me regaló una sonrisa de complicidad, pues sabía que con eso no era tan necesario usar un preservativo.

Me pidió que me hincara en el banquillo y después me hizo apoyar las manos en el mismo, él se coloco detrás y entró en mí de un tirón, sentí como mi cuerpo se contrajo hacia él y me tomó de las caderas para iniciar con su delicioso vaivén. Después, una de sus manos la subió por mi contorno hasta llegar a uno de mis senos que estuvo acariciando en tanto continuaba con sus certeros movimientos que me fascinaban cada vez más. Posteriormente, se aferró a mis caderas moviéndose a mayor velocidad hasta que sentí su orgasmo dentro de mí acompañado de un gruñido que me hizo llegar a mí también. Se quedó unos instantes sin moverse, aún dentro de mí, exhaló fuertemente y después se separó y me ayudó a ponerme de pie y me abrazó efusivamente.

– La noche apenas empieza corazón y juro que no te daré tregua –dijo en voz baja.

Nos vestimos y salimos del salón tomados de la mano, le pedí que me mostrara la casa e iniciamos con el recorrido por la enorme cocina que estaba a un lado del salón, después seguía el comedor, la sala, bajamos unas escaleras y llegamos a la piscina que era iluminada por la luz de la luna llena que brillaba en lo alto del cielo.

– ¿Qué te parecería nadar un poco? –sugirió abrazándome.

– Suena bien, pero tendríamos que subir a ponernos el traje de baño.

– ¿Y quién dijo que forzosamente se necesita traje de baño para nadar? –exclamó sonriéndome con esa típica osadía en su rostro.

– No, no, no, eso no lo haré.

– Anda, será divertido.

– Jungkook, además de tu familia, hay quien sabe cuántas personas trabajando.

– Pero no tienen porque venir aquí, además supongo que ya se irán a dormir.

– Eso es lo que tú y yo deberíamos de hacer también.

– Pero, después de nadar, anda corazón, sólo un ratito, te aseguro que nadie se enterara, seguro que todos deben estar haciendo lo mismo que tú y yo.

– ¡Jungkook!, ¿no tienes respeto por tu familia?

– Claro que lo tengo, pero eso no me impide ver la realidad, ____, ¿de dónde crees que salimos mi hermano y yo?, ¿por qué crees que Yoona está embarazada?

– No pongas esas imágenes en mi cabeza, por favor.

– No te asustes corazón, desde niño me enseñaron a ver el sexo de lo más natural, tal cual es, una función del cuerpo y no tiene nada de malo hacerlo, al contrario, así que vamos a la piscina.

– Pero, ¿cómo vamos a atravesar la casa todos mojados para llegar a la habitación?

– No te preocupes por eso, ¿ves este mueble? –dijo y se paró frente a uno pequeño que no había visto– aquí se guardan las toallas –explicó en tanto abría la puerta y sacaba dos– ¿lo ves?, asunto arreglado.

– Que loco estás –exclamé sonriendo y moviendo la cabeza.

– Ya sabes bien la razón de mi locura –respondió y se quitó toda la ropa– ¿te ayudo?

– No, gracias, yo puedo sola –dije y me despoje también de toda mi ropa.

Jungkook se aventó un clavado casi perfecto mientras que yo caminé a la escalera para bajar, sintiendo como el viento acariciaba mi cuerpo y erizaba mi piel. Cuando entré a la piscina Jungkook me recibió, el agua estaba un poco fría y me sugirió que diéramos algunas vueltas para acostumbrarnos a la temperatura. Acepté, pero le dije que no era muy buena nadadora y me respondió que no era una competencia, así que nos sumergimos y nadamos hasta el otro extremo y de regreso. Jungkook llegó primero y me esperó, me echó agua al llegar y yo le devolví la maniobra, estuvimos jugando un rato hasta que me di por vencida y volvimos a nadar al otro lado y otra vez de regreso.

En esta ocasión, Jungkook me tendió sus brazos, le tomé las manos y me acerqué a él, puso mis manos alrededor de su cuello y bajó las de él a mi espalda, nos fundimos en un apasionado beso por varios minutos hasta que Jungkook lo rompió para deslizar sus labios a mi cuello en tanto acariciaba uno de mis senos por debajo del agua, lo cual producía una reacción más excitante así que deslicé mi mano por su torso hasta llegar a su sexo que empecé a acariciar y sentí como respondía en mi mano.

¿Estas libre esta noche?  "Jungkook & tu"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora