Hoy hace exactamente tres semanas desde mi último desliz, me había costado trabajo resistirme tenía que reconocerlo. Había muchas noches en las que flaqueaba y tomaba el movil pero me obligaba a mi misma a ver la fotografía que no tomaron a J-Hope y a mi en Disneyland para tomar valor y evitar llamar al extraño. Curiosamente J-Hope se había dado más tiempo para estar conmigo, cenábamos juntos tres veces a la semana y todos los domingos habíamos ido al cine y entonces me sentí más culpable porque si él estaba teniendo ese comportamiento es porque había notado algo raro en mi.
Esa noche me encontraba viendo el televisor en mi habitación, era viernes y a pesar de que eran las ocho yo ya estaba en pijama. Mi móvil sonó y lo tome de la mesa de noche, el identificador señalaba "numero restringido", eso me llamo mucho la atencion pero pense que podria ser algun cliente de la agencia llamando de un Nextel, asi que conteste. "Hola, buenas noches" dije amablemente y me respondió el silencio, no se percibe ningún ruido, "hola, ¿hay alguien ahí?" pregunta tonta porque evidentemente alguien me había marcado y debía sostener el teléfono del otro lado. Y de pronto escuche un suspiro que me erizo hasta la punta del último cabello seguido por el sonido que indicaba que había colgado. Mi corazón se había disparado y me quede como una idiota viendo fijamente mi móvil, en espera de que volviera a sonar, pero nada.
Me levanté bastante inquieta de la cama y empecé a caminar de un lado a otro de la habitación como león enjaulado, ¿sería posible que fuera el buscandome?, ¿me habría echado de menos?, ¿significaba yo algo para él por mínimo que fuera? Habian pasado 15 minutos y yo seguia con el celular en la mano caminando, mire el televisor al que había rato no le hacia caso y una pareja se besaba intensamente en una tele serie y deje que la debilidad ganará la batalla. Nerviosa busque su número y lo llame, después de cuatro timbrazos escuche de nuevo esa voz que me hacía perder la noción de todo.
- Hola -dijo sensualmente alterando todo mi ser.
- ¿Estás libre esta noche? -pregunte con el alma en un hilo.
- ¿Lo estas tu? -pregunto confundiendome.
- ¿Acaso es un reclamo? -respondí seria.
- De ninguna manera, sabes que asi no funciona.
- ¿Entonces nos podemos ver?
- Si, en una hora en el lugar de siempre -dijo después de unos segundos en silencio.
Colgué y me quite la pijama inmediatamente, fui al armario y como hacía un poco de frío tome unos jeans una blusa fresca y con una camisa de mangas largas para abrigarme un poco.
Me recogí el pelo en una coleta, me maquille ligeramente y me puse perfume. Tome mi bolso y salí del departamento. Cruce el lobby y lo vi parado al lado de los ascensores, vestía unos pantalones negros con un suéter ancho color beige.
Le sonreí nerviosa y él me devolvió la sonrisa como era su costumbre me ofreció su brazo y en cuanto lo tome presiono el botón del ascensor.
- Buenas noches -dijo con esa hermosa voz aterciopelada.
- Buenas noches -respondí sintiendo como mi cuerpo temblaba.
Subimos y el ascensor se detuvo en el piso dos, subieron tal cantidad de personas que se llenó. Yo estaba parada delante de él y sentía su cuerpo pegado al mío que junto a su delicioso aroma y al movimiento del ascensor provocó que mi cuerpo empezara a reaccionar. Él ladeó ligeramente la cabeza para exhalar justo en mi oreja y en ese momento la excitación aumentó al máximo, ¿como se atrevía a tentarme de esa manera? en un ascensor lleno de gente y con una cámara que grababa todo.
Finalmente bajamos en el piso 15 y parecía que él estaba empeñado en torturarme porque caminó lentamente por el largo pasillo, con sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones aunque de igual forma me ofreció el brazo y yo se lo acariciaba suavemente mientras caminábamos.
- Permíteme unos minutos, necesito pasar primero al baño -señaló mientras deslizaba la tarjeta para que la puerta se abriera.
Yo asentí con la cabeza mordiéndome el labio inferior, así que me quede parada en la mitad de la habitación esperando. Pasaron cinco minutos y no salía, definitivamente me estaba torturando así que decidí devolverle la jugada. En cuanto salió me dio la sonrisa traviesa que me encantaba y se acercó a mí, levantó sus manos para tomar mi rostro pero yo se las tome de las muñecas impidiéndole hacerlo. Me miro confundido y entonces lo bese con ansias prácticamente devorandolo. Como había extrañado su sabor, su lengua desenfrenada moviéndose y frotando la mía con la misma desesperación que yo sentía, quiso escaparse y entonces rompí el beso.
- Esta noche sera a mi manera -susurré sensualmente en su oído.
- ¿Ahh, si? ¿y que tienes en mente? -pregunto mirándome fijamente a los ojos.
Le sonreí mientras lamia su cuello, su fuerza era mayor a la mía y logró soltarse, pero yo le avente los brazos para evitar que me tocara en tanto mordisqueaba suavemente su cuello. Empecé a levantar su suéter y él levantó las manos y se lo quite, traía una polera demasiado ajustada que marcaba perfectamente su anatomía. Se la levante un poco y comencé a lamerle el abdomen, el quiso poner sus manos en mis hombros y nuevamente se las quite un jadeo escapó de sus labios. El juego estaba funcionando y sonreí mientras seguía lamiendo su torso al tiempo que subía la camisa hasta que se la quite por completo.
Volvi a sonreir y lo tire a la cama, el se mordió el labio, yo me hinque y le quite los zapatos y los calcetines. Despues desabroche el cinturon y el pantalon que tambien le quite al igual que su ropa interior. Me lamí los labios al ver su erección, en verdad lo había echado muchísimo de menos. Lo tomé con una mano y empecé a darle placer con mi boca, sus gemidos se intensificaron, yo seguía impidiendo que me tocara y rendido se acostó en la cama mientras mis labios viajaban a lo largo de su erección hasta que sentí que estaba a punto de terminar. Me detuve y me acerque a sus labios que besé frenéticamente mientras mi mano acariciaba su masculinidad hasta hacerlo llegar al clímax segundos después.
Me separe un poco para mirarlo, la punta de mi nariz rozaba la suya. Tenía una expresión de placer en el rostro que me fascinaba, me satisface ser yo la responsable de esos gestos. Quiso besarme y yo hice mi cabeza hacia atrás pero alcanzó a lamer mis labios. De pronto me envolvió en sus brazos y me hizo acostarme en la cama, me tomó de las muñecas y extendió mis brazos a los lados de mi cabeza, yo quise librarme de su prisión pero no pude, me sonrió una vez más.
- Ahora es mi turno -susurró mirándome fijamente a los ojos,
- Pero.... -su boca en la mía silencio mi protesta.
- Fue tu idea jugar rudo esta vez -dijo en mis labios y su aliento inundó mi nariz- prohibiendo tocar o prolongare más la tortura -sentenció mientras se hincaba en la cama, yo me lamí los labios.
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¿Estas libre esta noche? "Jungkook & tu"
Fiksi Penggemar-No nombres -No preguntas personales -No lazos afectivos Tres reglas a seguir pero no imposibles de romper... *Adaptación* (con algunos cambios)