Cap. 11

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Hola a todos...no saben cuánto los extrañe...aunque Samurái seguía siendo el mismo gruñón y serio.

Pero por el momento hay alguien que merece un poco más nuestra atención, como vimos en el capítulo anterior Michael fue dotado con una habilidad que lo hace capaz de detener cualquier golpe hacia las zonas vitales del cuerpo. Y ahora Nolan lo iba a llevar para que él tenga su equipamiento y pueda conocer a su equipo.

Nolan: *caminando por los pasillos de su castillo/bunker, con Mike a su lado*

Mike: Emmm...¿señor Nolan?

Nolan: Siéntete libre de llamarme Nolan.

Mike: Ok...Nolan...¿qué haremos ahora?

Nolan: *apresurando el paso* Iremos a la sala de armamento para que tú te equipes y ya de paso conozcas a tu equipo.

Mike: ¿Pero y si no les agrado?

Nolan: Tranquilo, ellos también son también son novatos igual que tú, solo que tú tienes algo más especial.

Mike: A que se refie- ho cierto...lo de predecir todo golpe ¿no?

Nolan: Exacto, además no te tienes que preocupar demasiado como ya te dije, son solo novatos, saben tanto como tú ahora.

Mike: Ok, vamos.

Ámbar había comenzado a abrir los ojos, ella era de las que se levantaban tarde. Con su mano izquierda acaricio la cama en busca de algo, pero no lo encontró.

Abrió los ojos completamente y vio que Mike no estaba a su lado, pero ella estaba en su cama.

Ámbar: Rayos, ¿dónde estará?

Hmph, bueno, aunque no me guste tengo que levantarme. Será mejor que salga a conocer el nuevo lugar en el que voy a estar ¿no?

Realizo la misma rutina que su hermano al despertar, incluso se llevó la misma impresión al ver cómo había bajado drásticamente la temperatura.

Así que decidió abrigarse un poco más, un suéter de lana naranja, un pantalón polar beige y unas botas marrones. (Aquí escribí marronas en vez de marrones, eso me pasa por escribir a las 3 A.M.)

Ámbar al salir quedo sorprendida viendo la nieve caer, debido a las condiciones climáticas que había en su pequeño pueblo era imposible que nevase allí.

Mike le había contado unas veces acerca de la nieve, ya que en sus viajes él había presenciado no solo eso sino también avalanchas.

Aunque para ella era algo maravilloso...pero como dicen ''si te concentras viendo algo te caerás''...bueno nadie dice eso, pero deberían.

Luego de que ella conociese el suelo, le entraron ganas de conocer aún más.

Pero como temía perderse, decidió ir a buscar a dos personas que le podrían ayudar a orientarse.

Alan ayer, antes de despedirse le dijo que el tan solo vivía a unas casas más arriba, exactamente la casa número 24 y qué si ella o Michael necesitaban algo, que solo vayan a pedírselo.

Michael Ore: El Nacimiento de Una LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora