Presence [YoonMin]

Creí que estabas muerto.

Después de, lo que le pareció una eternidad, despertó. Le dolía la cabeza como nunca; le tomó un par de minutos recordar dónde estaba, lo que había sucedido y el porqué.

—Ay, gracias al cielo— escuchó decir.

Volteó a ver al dueño de la voz: Jimin.

—Yo… entré en pánico y, al verte así luego de que caíste… creí que estabas muerto. Bueno ya estás muerto, pero pensé que no ibas a despertar, ¿me entiendes? Pensé que había cometido homicidio. Quiero decir...

"Vaya, qué desastre...", pensó.

—Oye detente— YoonGi empezó a reír mucho, pronto, la mueca de preocupación de Jimin desapareció.

Luego de un rato de un silencio incómodo, YoonGi agregó

—No estoy muerto, tranquilo… bueno sí lo estoy, pero tú no lo hiciste.

—YoonGi… si estás de acuerdo, ¿me cuentas cómo pasó?, ¿lo recuerdas?

—Sí, es un poco confuso pero lo recuerdo todo. Yo tenía apenas 8 años y acabábamos de mudarnos a esta casa, bueno, en realidad estaba apenas en construcción y ese día llegamos a revisar que todo fuera bien. Faltaban muchas cosas cuando vinimos ese día, por ejemplo, aún no había barandas en las gradas. Mi madre y yo subimos al segundo piso para revisar los cuartos, mi pasión siempre fue la lectura así que corrí al salón de la biblioteca, pero al llegar allí, alguna especie de animal, espectro o demonio extraño me asustó. Por instinto corrí lo más rápido que pude y, cuando llegué al filo de las gradas, me resbalé con una mezcla de cemento que había en el piso y caí, hasta el primer piso. Luego de eso no recuerdo más de mi vida, únicamente la voz de mi madre diciendo “qué injusto. Esto es tan injusto… él… YoonGi debía disfrutar una larga vida llena de felicidad”. Antes de ese suceso no tenían planeado agregar un sótano a la casa ni hacer las escaleras más anchas, inclusive la bodega, nada de eso estaba en los planos… yo, siempre he creído que eso lo hicieron para darme un lugar para descansar, un lugar para enterrar mi cuerpo. Supongo que eso es, pero no me gusta llamarlo “tumba”, yo le digo “mi guarida, mi territorio, mi hogar”. Mi lápida también está en la bodega, pero hace algunos años hubo un temblor muy fuerte y ésta se rompió, por eso no la viste apenas entraste.

—Entiendo… eso es algo triste. Eras apenas un niño pequeño.

—Lo era. Lo que no entiendo es porqué mi apariencia cambió con el paso del tiempo, ¿no debí quedarme con la apariencia de un niño? Ahora luzco como de 30 años.

—¿Tenías alguna meta para cuando cumplieras esa edad? Por ejemplo haber ido a la universidad, viajar a algún país, tal vez tener una familia.

—No que yo recuerde, apenas era un niño, sólo pensaba en jugar e ir a la escuela y mejorar mi técnica en el piano. A mamá le encantaba verme y escucharme cuando tocaba el piano, aunque no era tan bueno…

—¿Intentaste mejorar?

—Todos los días, creo, por más de una década. Me volví bastante bueno, pero mamá nunca vino y no había nadie más para escucharme.

—Bueno, ahora estoy aquí contigo, ¿qué te parece si lo intentas?

Los ojos de YoonGi brillaron por la propuesta de su compañero. Dijo un “espera aquí” y corrió escaleras arriba hacia el cuarto donde estaba el piano. Era una gran oportunidad que no iba a dejar pasar.