Presence [YoonMin]

No puede ser posible

Jimin, se asustó mucho al ver la reacción del su compañero. En silencio vigilaba de lejos todos sus movimientos para asegurarse de que estuviera bien.

—Rayos, eso deja mucho qué pensar. ¿Será que— hace una pausa, rasca su nuca y suspira—...? Vamos a no sobre pensar demás la situación, Jimin.

Terminó su desayuno con algo de impaciencia, recogió lo que había en el comedor y guardó los sobros de comida que quedaron en la mesa. Lavó los platos mientras pensaba cómo arreglar la situación y cuando terminó su tarea, se paró frente al reloj que había en la cocina. Mientras los minutos pasaban, se preguntaba si debía ir con YoonGi o si simplemente debía irse a trabajar y dejar que las cosas se calmaran. Al menos unos cuarenta minutos pasaron en ese predicamento.

—¡Oh vamos! Esto no puede ser posible.

Totalmente decidido (casi) caminó hasta la habitación de Jimin, abrió la gran puerta y removió el cerrojo de la compuerta del suelo.

“¿Puedo solamente entrar? ¿Qué pasa si YoonGi se enoja por eso y empiezan a pasar cosas sobrenaturales en la casa? O peor aún, si se molesta conmigo y se va de aquí... maldición” pensó.

Jimin aguardó ahí unas horas, cuando se cansó de estar de pie, se sentó en el mismo lugar donde lloró muchas veces. Meditó sobre cómo se habían conocido y de cómo había mejorado su vida al haberlo encontrado. Ya no lloraba, ya no sentía desagrado hacia sí mismo, incluso era feliz y todo era gracias a Yoongi. En semanas logró lo que en años nadie había logrado.

Así pasaron las horas, perdido en sus pensamientos, sonriendo cada vez un poco más. Decidió esperar. Era mejor esperar a tener la aprobación de Yoongi para entrar a invadir su guarida sin permiso alguno. Para Yoongi los modales eran muy importantes y ahora, Jimin quería ser bueno ante los ojos de YoonGi.