Presence [YoonMin]

Más dulce

Dos días sin parar. Trabajaron desde que salía el sol hasta que se ocultaba, no descansaban mucho y es que de cierta forma ya se sentían cansados de estar arreglando la casa.

Solamente, les llegó una duda antes de terminar.

—¿Quieres que cerremos el sótano? Digo, ya no duermes ahí, tu lugar está conmigo en el cuarto de arriba.

—Sería una buena idea para dejar el pasado atrás— “y también para evitar irme” , pensó—, pero no lo sé creo que deberías preguntarle antes a mamá, es probable que las fotos de la casa que le mandaste ya le llegaron.

—Tienes razón Yoongi, llamaré a tía en seguida.

—Oye espera Jimin, estoy confundido por algo. Le dices “tía” a mi madre, eso nos hace familiares ¿no? ¿Somos primos? Nos hemos besado muchas veces y, bueno, eso está muy mal...

—No Yoongi, para nada— ríe por el comentario de su compañero— sólo le digo así de cariño y porque ella me acogió cuando me botaron de la casa mis padres. Era un niño y no tenía a donde ir, hasta que tu madre me abrió la puerta de su casa.

—Ya veo, perdóname pero qué padres más horribles los tuyos…

—Si… pero ya todo quedó en el pasado. Los perdoné y tú tía me dio una muy buena vida, estoy más que agradecido— dijo mientras se levantaba de donde estaba sentado—. Si me disculpas, iré a hacer una llamada.

Yoongi esperó pacientemente en el cuarto de piano tocando un poco de música. Al cabo de una hora y media, Jimin llegó al cuarto con ojos llorosos y con expresión asustada.

—Yoongi…

Él se volvió y al ver esa expresión en su cara, se preocupó mucho.

—Dios mío Jimin, ¿qué pasó? ¿Estás bien? ¿Mamá está bien?— corre a abrazarlo y calmar sus ganas de llorar.

—Bien, todos bien… pero tía, me dio una noticia que jamás esperé.

—Ya dime qué es, me estás matando de los nervios.

—Esta casa, nueva que hemos remodelado juntos, ahora es mía. Es nuestra, Yoongi. Tu madre me la acaba de regalar.

—¿Qué?

–Dijo que me va a enviar los papeles de propiedad en unos días. Al fin tengo algo a mi nombre, Yoongi.

—Oh Jimin, ¡me alegro tanto por ti— se acerca y le abraza—! Deberíamos celebrarlo, ¿no crees? ¿Qué tal mañana?

Jimin asiente con su cabeza, no puede hablar porque comenzó a llorar de felicidad.

—Haremos un picnic al mediodía, contemplando el paisaje que verás a partir de ahora.

Yoongi le limpió las lágrimas con besos. Otra vez estaba probando aquel líquido, pero esta vez no le parecía asqueroso, como la primera vez. Ahora, le parecía la cosa más dulce que había probado en su existencia, aún cuando estaba vivo.

Iba a tenerlo siempre presente para toda la eternidad.