Aunque no exista magia

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Esa misma noche, cuando Jimin se quedó dormido Yoongi se encerró en su guarida. Pensó toda la noche en cómo hacer del picnic un día memorable, no quería arruinar nada.

Al llegar la mañana, empezó a preparar comida como su mamá le había enseñado, el recuerdo estaba un poco oxidado, pero lo guardaba con cariño.

Una vez listo, subió a dejarle una nota a Jimin. Que decía dónde iba a ser el picnic y que no importaba cuánto tardaría en llegar, él le esperaba con ansias.

—¿Yoongi? Wow…— Jimin quedó atónito ante el paisaje que tenía ante sus ojos, estaban en lo alto de la montaña y se veía todo el pueblo y su casa recién restaurada.

—¿Te gusta la vista? Pude recordar el porqué mi madre quería vivir aquí. Es por la paz, la naturaleza, la vista… La compañía.

—Sí, tenía mucha razón… y ahora, lo tenemos para nosotros dos Yoongi. Podemos venir todos los días aquí, ver los amaneceres, los atardeceres, venir a ver las estrellas en la noche, todo— Jimin estaba muy ilusionado por su nueva vida junto a YoonGi y su nuevo hogar.

El fantasma guardó silencio por un momento, imaginando todas las posibilidades. Grabó en su mente todo aquello que Jimin era para los dos, sonrió al pensar en la vida juntos, en la casa, el pueblo y en su madre. Se sentía en paz.

—He soñado muchísimas noches que vuelves a tener vida y que empezamos de cero aquí. Envejecemos juntos y morimos juntos. Nunca antes había tenido ese sentimiento hacia alguien, Yoongi. ¿Será posible que eso ocurra?  ¿Que vivas de nuevo?

—Eso sería increíble, Jimin. Tus sueños no son diferentes a los míos; no sabes cuánto me gustaría vivir, vivir contigo hasta que llegue el momento de irnos juntos. Hace bastante tiempo he sentido esta necesidad de decirte todo lo que pienso de ti… Jimin, me gustas tanto, te amo tanto que las palabras no podrían describirlo. Aunque no exista magia, ciencia o milagro que reviva a una simple presencia como la mía, me he sentido vivo contigo— sacó de su bolsillo la lista con sus pendientes—. Contigo pude trabajar, amar, formar una familia, tener una buena vida aún en la muerte. Jimin, el encontrarnos así, aquí en este lugar es sólo el comienzo de nuestra historia. El universo me ha dejado aquí tantos años para mostrarme mi objetivo en mi próxima vida: encontrarte otra vez.

Hubo temor dentro de Jimin. Sentía que esas palabras eran una despedida.

—Vamos… vamos juntos por ese objetivo luego de vivir mucho en esta vida, ¿sí?

—Mi querido Jimin— acarició su mejilla, intentando darle paz—, yo ya viví el tiempo que debía vivir. Lo completé siendo una especie de fantasma para comprender de qué se trataba todo esto. Tal vez sea muy pronto para que tú lo comprendas, pero debo irme ahora. Tengo que ceder el espacio al que me estoy aferrando al alma que que está esperando renacer y encontrarse con su hilo rojo, tenemos que dejar que la vida tome su curso natural y esperar nuestro turno.

—No, Yoongi. No quiero que te vayas… volveré a ser la misma persona patética sin ti, no podría resistirlo— algo en su interior se quebró y pensó en una manera desesperada para remediarlo— me iré contigo, ¿eso estaría bien? Así no vamos a estar separados mucho tiempo— quiso tomar un cuchillo, pero el otro se lo impidió.

—No, Jimin eso no es correcto. Eso sería ser mal agradecido con el Universo… no puedo seguir alargando mi estadía aquí, debí irme hace tiempo, ya he roto muchas reglas por despedirme. Te amo Jimin. Por favor nunca te olvides de mí, yo no lo haré y te buscaré en la siguiente vida.

Y sin más que decir, Yoongi se fue a su guarida. Por una última vez contempló las telarañas del techo mientras se acostaba encima de su ataúd.

Cerró los ojos y se dejó llevar. Su presencia en este mundo ya no estaba. Mientras esperaba el día de su regreso sería polvo de estrella y para Jimin, iba a brillar más que las demás.

Presence [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora