Presence [YoonMin]

Bienvenido

Luego de una hora de recorrer el pueblo en busca de medicinas y un regalo digno para Yoongi, Jimin emprendió el viaje a casa. Tenía dos opciones: ir caminando o viajar en taxi. Era bastante cara la segunda opción, pero extrañaba tanto a Yoongi que se dio ese lujo.

Luego de una hora llegó a su hogar.

—¿Yoongi? Ya regresé.

—Bienvenido de nuevo Jimin— él le abrazó como si llevaran años sin verse—. ¿Cómo te fue? ¿Conseguiste lo necesario para Gatito?

—¿Gatito?

—Sí, así decidí llamarle mientras esté aquí.

Jimin ríe ante su comentario, él es tan adorable. Le gusta tanto que no puede creer que sea real.

—Sí, aquí está todo, el veterinario me explicó cómo debíamos cuidarlo, aunque al principio me miró mal y no quería decirme nada por no haber llevado al animalito… seguro pensó que yo tuve la culpa de esto…

Yoongi bajó la cabeza y tuvo un dolor en el pecho por la culpa. Sin embargo, no quiso preocupar a Jimin, cambió su cara y su actitud por una un poco más alegre.

—Bueno no es así, pero vamos a atender a Gatito, se va a recuperar más rápido cuando le demos la medicina y más pronto podrá volver con su familia.

...

Así durante aproximadamente durante un mes cuidaron al animal. Le dieron mucho amor, mucha comida y sus medicamentos. Jimin se sentía excelente por haber ayudado a un pobre lince herido, mientras que Yoongi se sentía como si hubiera formado una familia.

Un día que estuvo sólo con Gatito, mientras le observaba dormir, le dijo:

—Lamento tanto haberte hecho daño… pero no lamento que hayas llegado a nosotros, gracias a ti nos hemos vuelto más unidos. ¿Sabes, Gatito? Me parece muy ahora somos una familia, Jimin y yo somos tus padres y tú eres nuestro adorado hijo adoptivo. No es una familia convencional, pero es una familia verdadera.

Al término de esas palabras, Yoongi sintió una paz interior. Como si ya estuviera reconciliado con todo el universo y a la vez más “del otro lado”.

Tener una familia era otro pendiente en su lista.

Sacó el papel con sus pendientes y eliminó uno más de la lista. Sólo le quedaban dos.

—Me iré pronto, Gatito. Por más que intenté retrasarlo, no lo logré... Está cerca el día de mi partida.