Cuarenta y cinco minutos después surgieron los problemas. Debía de medir casi un metro noventa, tenía el pelo y los ojos negros y entró en el hospital como un verdadero torbellino. Llevaba puestos unos vaqueros, una camisa negra y una chaqueta de cuero gastado que parecía haberse echado por encima sin el menor cuidado. Parecía increíblemente rico e increíblemente enfadado.Al ver a su hermano mayor tendido en la cama, el enfado se convirtió en sincera preocupación. No obstante, tuvo tiempo para lanzarle una terrible mirada a Malena.
-Ahora me explico qué hacía usted paseando por la calle a las dos de la mañana -dijo en tono despectivo- ¿Qué pasó? ¿Se sintió culpable y decidió llamar a una ambulancia después de intentar robarle? -añadió sarcástico y mirándola de una manera que podría haberla partido en dos.
-Mire- empezó a decir ella.
-No se moleste -la interrumpió al tiempo que se daba la vuelta para mirar a su hermano, que perdía y recuperaba el conocimiento de manera intermitente-. Michael, soy yo, Gastón-le dijo poniéndole la mano en el pecho-. ¿Puedes oírme?
El herido abrió los ojos brevemente.
-¿Gastón?
- ¿Qué te ha pasado? ¿Michael?
El aludido sonrió débilmente.
-Iba tan distraído pensando en los nuevos piensos que no me di cuenta de lo que había a mi alrededor. Algo me golpeó en la cabeza y me caí redondo. No vi nada —entonces se tocó torpemente los bolsillos-. ¡Maldita sea! Me han quitado la cartera y el teléfono.
Malena comenzó a decir que ella tenía ambas cosas, pero antes de que pudiera terminar, Gastón Vietto volvió a mirarla lleno de ira y salió de la sala como alma que llevara el diablo.
Su hermano volvió a perder el conocimiento y ella se quedó allí parada sin saber qué hacer. Cinco minutos después. Gastón apareció acompañado de un policía que le resultaba extrañamente familiar. Sabía que lo había visto en algún sitio antes.
-Es esa —le dijo Gastón al agente-. Firmaré lo que sea necesario, pero quiero que se la lleve de aquí.
-No se preocupe, yo me encargo -el policía se acercó a Malena y la esposó sin darle oportunidad a que dijera ni una palabra.
-¿Me está arrestando? —preguntó ella sin dar crédito a lo que le estaba ocurriendo-. Pero si yo no he hecho nada.
-Sí, eso ya lo he oído antes —replicó el agente con aburrimiento-. Nunca nadie hace nada. Pero vestida de ese modo y en medio de la calle a esas horas, permítame que no la crea. ¿Qué ha hecho con la cartera y el teléfono del señor Vietto?
-Están en mi bolso —empezó a decir.
El policía la agarró del hombro y la sacó del edificio.
-Me temo que se ha metido en un buen lío. No eligió bien al hombre que debía atracar.
-¡Pero si yo no he atracado a nadie! Fueron dos hombres, no pude verles la cara, pero estaban a su lado cuando yo pasé por allí.
-¿Sabe que la prostitución es un delito?
-¡Yo no me estaba prostituyendo! Venía de una fiesta de Halloween. ¡Voy disfrazada de bailarina de Revista! — estaba iracunda porque la estuvieran castigando por haberle hecho un favor a alguien-. Tiene que creerme, agente Sanders —añadió leyendo el nombre de su placa.
Pero él no dijo ni palabra, sino que se la llevó hasta el coche patrulla, eso sí, con un poco más de delicadeza.
-Espere —le pidió antes de que cerrara la puerta-. Saque mi cartera del bolso y mire mi carnet. Ahora, por favor.

YOU ARE READING
Lejos del Matrimonio
Fanfiction¿Podría su relación sobrevivir a pesar del orgullo de Gastón Vietto y del peligroso pasado de Malena Ratner?