Llegó el día esperado y Malena ya lo tenía todo preparado cuando sonó el timbre de la puerta. Acudió a abrir sin molestarse en quitarse el delantal o en peinarse un poco.-Feliz Día de Acción de Gracias, Malena -le deseó su padre abrazándola.
-Se nos ha ocurrido que a lo mejor te apetecía tener un poco más de compañía- dijo Gaston riéndose traviesamente.
-No he hecho galletas - Malena reaccionó inmediatamente a pesar de la increíble alegría que le daba la llegada del invitado sorpresa-. Solo panecillos.-Me encantan los panecillos -aseguró tendiéndole los brazos-. Ven aquí. No puedes recibir a tu futuro prometido con esa frialdad. ¡Así no conseguirás que acepte tus proposiciones!
El señor Ratnerbcarraspeó un poco antes de escabullirse dentro de la casa. Malena y Gaston entraron al salón y allí se abrazaron y se besaron.-Me vas a ahogar -le advirtió ella bromeando.
-Deja de quejarte y bésame.
-No me estoy quejando.
-¡Yo sí! ¿A qué esperas para hacerme perder la virtud?
-¿Aquí? —le preguntó con los ojos abiertos de par en par.
-Vamos, dale dinero a tu padre y dile que se vaya a comprar tabaco -le pidió fingiendo desesperación de la manera más cómica.
-No fuma.
-Excusas, excusas -murmuró con la boca pegada a la suya-. ¡Qué días tan largos y oscuros he pasado sin ti, Male!
Se besaron como si se fuera a acabar el mundo. Nada les importaba en aquel momento excepto estar el uno con el otro.
-Vaya, esa es la alfombra que mencionaste el otro día -dijo señalando al suelo-. ¿Qué te parece si encerramos a tu padre en la cocina y te apoderas de mi virtud aquí?
-¡Ni hablar! -negó echándole las manos alrededor del cuello-. No pienso hacerte perder la virtud hasta que accedas a casarte conmigo.
-¿Me lo estás proponiendo en serio? -murmuró en tono seductor.
-Por supuesto. Hasta te puedo conseguir un anillo de esos que ponen alrededor de los puros...
-Mañana mismo llamaremos al cura -anunció sin dejar de besarla-. Puedes hacerte el análisis de sangre en el trabajo porque yo ya me lo he hecho. Por cierto, nuestro amigo el médico me ha dicho que estaría encantado de tenerte en su clínica. Así que, si te parece bien, podemos casarnos en Navidad.
La cabeza le daba vueltas y no conseguía comprender qué estaba diciendo.
« ¿Análisis de sangre... trabajo en la clínica… casarse en Navidad?».
-En cuanto al anillo -continuó diciendo Justin -, puedes comprármelo cuando quieras, yo ya tengo el tuyo -dijo llevándose la mano al bolsillo, del que sacó una cajita que escondía una sortija con una maravillosa esmeralda y dos pequeños diamantes-. Si no te gusta, podemos cambiarlo...
-¡Me encanta! -exclamó, emocionada por el repentino giro que habían dado los acontecimientos.
-Estupendo -dijo poniéndole el anillo-. Estamos prometidos, ya es oficial. Ahora acuérdate de lo que has prometido; en cuanto se vaya tu padre, nos deshacemos de mi virtud encima de esta alfombra.
-¡Pero papá no se va a marchar, tengo un pavo asándose en el horno!
-Podría llevárselo con él -sugirió él con generosidad.
Malena se echó a reír y lo abrazó con fuerza.
-No puedo creérmelo.
-Yo tampoco. Pero ni siquiera cuando desconfiaba de ti podía perderte de vista. Sigo sin poder. Esta semana ha sido una verdadera tortura. Pensé que necesitaba un par de semanas para recapacitar sobre lo que estaba sucediendo, y que entre tanto las cosas se enfriarían un poco; pero lo único que he sacado en claro es que me sentía muy solo sin ti. Amo mucho mi libertad, pero no más de lo que te amo a ti.
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Lejos del Matrimonio
Fiksi Penggemar¿Podría su relación sobrevivir a pesar del orgullo de Gastón Vietto y del peligroso pasado de Malena Ratner?