Fueron en el coche que había alquilado Gastón hasta casa de Malena. Estaba en un barrio humilde y la casa no se encontraba en muy buenas condiciones. Aquello no hizo más que confirmar la idea que Gastón tenía de ella. Era obvio que no tenía mucho dinero, así que ¿qué mejor manera de conseguirlo que robando a alguien?
Tuvo que llamar tres veces hasta que alguien acudió a abrir.
Al otro lado apareció Malena Ratner despeinada y muy pálida. Tenía en la mano un trapo con hielo que se aplicaba contra la cara. Llevaba puesta una bata sobre la ropa de la noche anterior.
-¿Qué hace usted aquí? —preguntó con voz débil y temblorosa.-Ha estado bebiendo, ¿verdad? —replicó Gastón con extrema dureza, pero ella aguantó el comentario sin rechistar.
El agente Sanders comprendió inmediatamente lo que había sucedido. Pasó por delante de Vietto y entró en la casa sin preguntar nada, fue hasta el salón y echó un vistazo por la habitación.
-Parece que ha sido una noche difícil —continuó diciendo Gastón -. Debe de ser habitual en su profesión. ¿Acostumbran sus clientes a golpearla de esa manera?-añadió con crueldad.
Ella no dijo ni palabra; le resultaba demasiado duro hablar y la cara le dolía tremendamente.
Unos segundos más tarde, el agente Sanders volvió a la entrada con un hombre alto, despeinado pero con una extraña expresión de dignidad en los ojos, a pesar de ir esposado. Permaneció en silencio solo un momento, y después comenzó a gritar, acusando a Malena de cualquier cosa imaginable, desde prostitución hasta asesinato. Gastón Vietto lo miró sorprendido, y también se detuvo a observar a la aludida, que permanecía impasible pero que no podía esconder el dolor que provocaba cada uno de sus insultos. Mientras, Sanders llamaba a un coche patrulla para que acudiera a recoger al detenido.
-No, por favor -suplicó Malena sin apartarse el trapo de la cara en ningún momento-. Acaba de salir...
-Esta vez no se quedará más de tres días -respondió el agente con firmeza-.Usted vaya al hospital a que le miren esos golpes. ¿Se encuentra bien, señorita Ratner? Déjeme ver.
Gastón se sentía cada vez más confundido, sobre todo cuando Malena accedió a retirar el trapo y dejó ver el rostro hinchado y amoratado.
-Dios mío —exclamo Gastón—. ¿Con qué la ha golpeado?
-Con el puño —intervino Sanders-. Y no es la primera vez. Tiene que afrontarlo, señorita Ratner -se dirigió a ella con amabilidad-. Se ha convertido en otra persona, una persona que no se controla cuando bebe. Un día de esto la matará y al día siguiente ni siquiera recordará haberlo hecho.
-No voy a presentar cargos -respondió ella con tristeza-. ¡No puedo hacerlo! ¡Por amor de Dios, es mi padre! Es la única familia que tengo...
-No hace falta que haga nada, yo presentaré los cargos —le dijo Sanders con compasión-. Debería llamar a su jefe para decirle que no va a poder ir a trabajar en un par de semanas. Le daría un ataque si la viera aparecer así en la oficina.
Malena no respondió, pero de sus ojos cayeron dos lágrimas que hablaban por sí solas de manera elocuente. Miró a su padre con una tristeza que le desfiguraba la cara.-Antes no era así, de verdad. Era un hombre amable y cariñoso.
-Pero ya no lo es -repitió el policía con pesar-. Vaya al hospital, yo esperaré fuera a que lleguen mis compañeros.
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Lejos del Matrimonio
Fanfiction¿Podría su relación sobrevivir a pesar del orgullo de Gastón Vietto y del peligroso pasado de Malena Ratner?