Su mandibula cayo, luego la cerro con un chasquido. En vez de ser alagado con una palabra de "querido" o "mi amor" , estaba siendo insultado.
-¿te gustaria que yo te llamare "bastardo gigantesco"?
-Llamame como quieras-su sonrisa permanecion en su lugar-te advierto, que te hare curar el escozor que causa un apodo tan fuerte. Tu deber, despues de todo es dar placer a tu hombre.
El actuaba como si controlara el destino del universo , su universo en particular. Bien, habia algo que el pronto aprenderia de Zayn. Era un hombre, no un felpudo.
-Mira- le dijo-Me gustaría que dejaras de hablar de sexo. Soy un hombre, no un numero 900.- El fruncio el ceño con confusión.
-Se que eres un hombre, ¿Acaso no sostuve tu pecho en mi mano?.
No gritaré.
-Tienes cinco segundos para ayudarme a entender que paso o...-nada parecía lo bastante brutal así que termino con-...o lo lamentaras
-Que debes entender?-como si el no pudiera tolerar la ausencia del contacto físico, comenzó a cerrar la distancia entre ellos de nuevo , esta vez con paso firme , predador- Tu Rompiste la maldicion , Zayn. Tu me liberaste. Ahora debes darte en cuerpo y alma para que la maldicion sea rota para siempre.-
Como si eso lo explicara todo. Pero no tenia tiempo de considerar sus palabras ya que es se acercaba por segundos. Acercamiento de hombre desnudo. Zayn se lanzo a la izquierda. El lo siguio.
-Te adverti que no me tocaras- Ahora se lanzo a la derecha. El lo siguio. Y de repente estuvo una vez mas delante de Malik, tan cerca que pudo sentir el calor de su cuerpo. Su tracero se apretaba contra una alta columna, cerca de un espinoso arbusto .Miro fijamente por encima de el, el olor de su cruda virilidad masculina le llego hasta las ventanas de la nariz, carnal y atractivo. Sin pararse a pensar en sus acciones astutamente torció y coloco el pie detrás de su rodilla. Aquella rodilla se doblo y lo pulso en su dirección. Aferro su brazo y lo derribo al suelo, de cara. Cuando cayo, cayo con fuerza, con todo ese musculo y fuerza tumbada. Pero él no se quedó quieto. En un suspiro ya estaba de pie frente a el, mirándolo casi con crueldad.
- No intentes eso de nuevo. — Por su expresión y tono, luchaba con su necesidad de tomar represalias. Aunque él no lo hizo. Permaneció quieto, resoplando y mirándolo ferozmente —. La próxima vez no me sorprenderás y serás vencido.
- Sólo mantén la distancia y no habrá una próxima vez.
Sus labios se apretaron con disgusto, diciéndole sin palabras que preferiría lanzarlo sobre sus rodillas y azotarlo su corazón traidor dio un salto de anticipación ante aquel pensamiento pero él cabeceó rígidamente.
- ¿Donde aprendiste ese truco?
- Practicando mucho. — Cuando por fin fue capaz de estabilizar su aliento, Zayn forzó a los latidos de su corazón a reducir la marcha. Conseguir mantener la mirada lejos de él era otro asunto completamente diferente. Gruesa cicatrices de guerra surcaban arbitrariamente su abdomen, aunque eso no le restaba encanto. Un fino vello rodeaba su ombligo y bajaba provocativamente hacía… No mires hacia abajo, se ordenó. Pero lo hizo de todos modos y rezó para que él no se diera cuenta.
A cambio, él le devolvió el lento y experto escrutinio.
Zayn se aclaró la garganta.
- Cuéntame más sobre la maldición.
La amargura endureció sus rasgos, y Zayn sintió una punzada de culpa por mencionarlo ya que, obviamente, era un hecho doloroso. Sin embargo, aquella punzada no era lo bastante fuerte como para hacerle retirar la pregunta.
- Eso no te que concierne — dijo él.
¿Oh, de verdad?
- ¿Quieres mi ayuda o no? Con el psíquico — añadió rápidamente, disipando cualquier insinuación sobre hacer el amor.
Sus ojos se estrecharon.
- Ryan de Locke es un hechicero poderoso, así como también mi hermano. Él me maldijo, encerrándome dentro de la piedra, capaz de oír, ver y sentir todo lo que ocurría a mi alrededor, pero incapaz de responder. Hasta que el beso de una doncella pura me otorgara la libertad. Temporalmente.
Bueno, pensó el. Había querido una explicación racional, y esa distaba mucho de serlo. El tipo había sido convertido en piedra y su beso lo había liberado temporalmente. Sí, claro. Aquella clase de cosa sólo pasaban en los cuentos de hadas. Además, Zayn no era ninguna princesa encantadora. Zayn tamborileó los dedos sobre los brazos cruzados y pensó en una forma de desenmascarar la mentira.
- ¿Tú, por casualidad, no tendrás poderes propios? — le preguntó —. ¿Poderes mágicos que puedan demostrar tu historia?-Él arqueó una ceja.
- ¿Qué hay de mi transformación?
- Necesito algo más.
Mirándolo pensativamente, él dijo:
- ¿Me invitarías de buen grado a tu cama si poseyera esos poderes mágicos?
No estaba seguro , pero creyó escuchar una nota de resentimiento en su tono.
Zayn estudió los rasgos masculinos pero ni un atisbo de emoción lo traicionó.
- No — dijo Zayn—, no y no. Y no cambies de tema otra vez. ¿Puedes demostrar tu historia o no?
Él suspiró con frustración.
- Aunque este jardín esta retirado y no ha pasado mucha gente por él a lo largo de los palmos, he tenido siglos para estudiar tu mundo. Tú perteneces a una raza que sólo cree en lo que ve, en lo explicable. — Un brillo compasivo iluminó sus ojos —. Tu gente teme a la magia porque no pueden controlarla. De donde yo procedo, tanto grandes Señores como campesinos, poseen bajas habilidades místicas, y antes de que me lo preguntes de nuevo, sí, utilizo la magia. Y te lo puedo demostrar.
Un sentimiento de inminente fatalidad se deslizó a lo largo de su columna vertebral.
- Dijiste que has estudiado mi mundo. Has querido decir estado, país o continente, ¿verdad?
- No. Mundo significa cuerpo celeste. Planeta. Estrella. — Su mirada se volvió ausente, triste, dándole un aura vulnerable que la conmovió —. Para mí, mundo significa Imperia. Mi casa.
Él extendió la palma de la mano y cerró los ojos. Su expresión se endureció ante la intensa concentración.
Mientras Zayn miraba, un globo pequeño y brillante se materializó en el aire por encima de su piel, girando despacio. Tres globos más pequeños giraban encima de Zayn. Cada centímetro era exquisitamente detallado, haciendo parecer a cada orbe sólido, y con vivos colores traslucidos.
Zayn extendió temblorosamente la mano y tocó el globo más grande, sorprendido de encontrarlo firme y caliente.
En el momento del contacto, vivas imágenes penetraron en su mente como si fueran fotografías. Zayn jadeó.
Castillos de cristal alzándose hacia un rosado horizonte. Criaturas majestuosas, parecidas a dragones se elevaban en un nebuloso cielo. Árboles arqueados en todas direcciones, ante el peso de la brillante fruta roja como zafiros o blancas como diamantes. Lo más hermoso de todo eran las extensiones de blanca hierba que ondeaba con una suave brisa, besada por el rocío.