La sirenas se repetían al fondo. La policía de Dallas llegaba como un torrente pero Zayn no se preocupó por nadie excepto de su marido. El se puso de puntillas y lo besó suavemente en los labios.
- Por favor, Liam, regresa a mí. Te amo. Juro que lo hago.
Él permaneció como estaba.
- ¡Maldito seas!, ¿Por qué no regresas a mi?
Su hermano se acercó a su lado en ese instante, intentando separarlo de la estatua. Zayn se aferró a Liam con todas sus fuerzas, sacudiéndolo en el proceso.
- Te necesito. Te necesito tanto. — Muchas veces se había imaginado su partida, pero ahora que había ocurrido, sabía que no podría vivir sin él.
Zayn iría a cualquier parte que él quisiera que fuera; aceptaría cualquier condición para conseguir que volviera.
- Soy tu pequeño bruja y te ordeno que abras los ojos. — Las palabras abandonaron su boca suavemente, con calma, mientras otra rondan de truenos estallaba en lo alto. Tal vez Ryan podría ayudarle, pensó con esperanza —. ¿Ryan?
Él no le hizo caso.
- ¡Ryan, Dios te maldiga, haz un hechizo! Haz algo para salvarlo.
Él actuó como si no la oyera. Tal vez incluso no lo hacía. Estaba concentrado únicamente en su madre, sujetándola cuidadosamente entre sus brazos...
- ¿Por qué? — Preguntó con voz rota —. ¿Por qué lo hiciste? Podrías haber salvado a Liam pero me escogiste a mí. — Él alzó de golpe la cabeza y levantó los puños al cielo, maldiciendo todo el rato. Pero entonces, de pronto, sus hombros cayeron —. Yo te he hecho esto. — Él hundió su cabeza y sollozó.
Cuando se calmó, miró, suplicante, a Heather.
- Ayúdame, Heather. Por favor ayúdame. Siento tanto todo lo que he hecho. Dame una oportunidad. Esta vez lo haré bien. Te juro por las antiguas leyes Druinn que lo haré por ti. No me abandones ahora. Te necesito desesperadamente.
Estremecida de dolor, Heather se arrodilló detrás de él y lo abrazó.
- Estoy aquí. Siempre estaré aquí para ti.
Él cerró los ojos brevemente y asintió con la cabeza. Luego agitó su mano a través del aire y el trío desapareció.
En ese momento, Zay vislumbró unas imágenes en su mente. Imágenes de Imperia, de la ondeante hierba blanca, de los castillos de cristal y los dragones volando en lo alto. Liam nunca alcanzaría su casa, el lugar al que él siempre tuvo tantas ganas de volver.
Sus rodillas se doblaron y Zayn cayó al suelo en un charco empapado por lluvia.
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Una semana más tarde
El crepúsculo despuntó con rapidez en el horizonte, dejando un brillo violeta y dorado a su estela. El viento se arremolinaba alrededor de las dos figuras situadas encima de una roca, agitando su ropa en un primitivo baile.
El aire levantaba pequeñas gotas de agua de la blanca playa del Druinn, que chocaban contra la roca, creando un fresco y húmedo refugio.
La desesperación y la vergüenza golpeaban el interior de Ryan por todo el dolor que había causado. Sin embargo, también la esperanza y la alegría se aferraban tenazmente a él gracias a la mujer que estaba a su lado.
Su madre estaba muerta y él sabía que una eternidad no podría borrar su culpa.
Ayudado con un poco de su magia, el hombro de Heather se había curado lo suficiente como para que no sintiera ningún dolor y ella entrelazó sus dedos alrededor de su mano derecha, dándole fuerzas para lo que él estaba a punto de hacer.