Como vivir como un hijo del Rey

Prólogo

Toda mi vida he estado admirado de que, en sus enseñanzas, Jesús obtuvo muchas de sus ilustraciones de la vida diaria de los seres humanos y de sus actividades. A los pescadores les dijo: "Os haré pescadores de hombres." Al panadero: "El reino de los cielos es semejante a la levadura." Al jardinero: "El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza."

Sin embargo, en los tiempos modernos, muchos de nuestros jóvenes de la ciudad el lenguaje de lo campesinos. En una ocasión escuche que un muchacho de una gran ciudad que visitaba una hacienda por primera vez en su vida, al ver uno que ordeñaba una vaca le preguntó mientras señalaba el recipiente: "¿Y qué hace con eso?" Cuando se le dijo que la vaca les estaba supliendo la leche, él declaró con mucha prontitud: "Nosotros no bebemos leche de vaca, solamente bebemos leche de la lechería." En una oportunidad hice la siguiente pregunta a una clase de Escuela Dominical: "¿Qué es lo que queremos decir cuando cantamos 'Trayendo las Gavillas'?" Nadie jamas había visto una gavilla de trigo, de modo que nadie sabia el significado del himno.

Algunos años atrás, cuando apenas conocía a mi buen amigo Harold Hill, el ingeniero electricista, y escuche su testimonio, me divertí mucho con su terminología de ingeniero. Posteriormente yo la denomine su "" teología de ingeniera cuando descubrí que su testimonio y enseñanza habían causado un gran impacto en un amigo mio que se sentía mas a gusto en el campo de la mecánica que en el campo de la agricultura. Me di cuenta que el Señor continua hablando a través de sus siervos en el lenguaje contemporáneo, y sentí el deseo de que Harold escribiera su testimonio. Mi deseo se ha cumplido ahora en el libro de Como vivir como un hijo del Rey.

Este libro será una gran bendición para muchos. Lo recomiendo especialmente a aquellos que se queja de que las cosas Espirituales son para ellos locura. Aquí descubrirán el testimonio de un hombre nacido del Espíritu, una historia brillantemente coloreada con la jerga de la ingeniera mecánica. Quiera Dios bendecir a cada persona que lee este libro.

David J. du Plessis