Prefacio

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Señor, ¿es realmente tu intención que tu pueblo viva en un estado de victoria continua en medio de la adversidad? esta fue la pregunta que le hice a Dios hace cerca de veinte años atrás, inmediatamente después de encontrarme con Jesucristo como mi Salvador, Bautizador y Sanador.

Su respuesta a través de las paginas del Manual del fabricante, la Santa Biblia, es un enfático sí.

"¿Como es entonces que tan pocos viven victoriosamente?", le pregunté. 

Recibí su respuesta con claridad por medio de tales pasajes como: 1 Corintios 2:14: "El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura", Isaías 1:5:"Toda la cabeza esta enferma", y colosenses 2:8: "Mirad que nadie os engañe por medio  de filosofías", lo que significa: "Cuídate de filosos, burladores, escépticos, incrédulos, polemistas, murmuradores, y especialmente de aquellos áridos y deprimidos dispensacionalistas, quienes por medio de evasivas dudosas y componendas tratan de desconocer los milagros de Dios para el día de hoy."

Estos pasajes bíblicos hablaron con fuerza y claridad, y comprendí que el impedimento principal para la vida victoriosa es la parálisis del análisis causada por el averiado computador que cabalga montando sobre nuestros hombros, la mente racional de sentido común, el cerebro educado. 

Asi como Dios habla en palabras de la más grande sabiduría, "Venid a mi y hallareis descanso para vuestras almas", el cerebro educado dice: "No quiero y yo haré lo que se me antoje aunque me mate." Y así será.

Como vivir como un hijo del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora