14. ¿Cómo orar sin cesar? ¿Cómo domar tu lengua?

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Uno de los primeros pasajes de los cuales Dios me llamo la atención cuando comencé a vivir como un hijo del Rey, fue 1 Tesalonicenses 5:16-18: "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús." Si deseamos permanecer en el centro de la voluntad de Dios en todo momento, no podemos dejar de regocijarnos, no podemos dejar de orar, no podemos dejar de alabar a Dios, dándole gracias.

Cuando descubrí esta escritura, sonaba muy bien, pero imposible. Aun antes de tratar de regocijarme siempre y dar gracias en todo, yo sabía que no podía orar sin cesar. Yo podía orar por dos segundos, después de lo cual mi mente comenzaba a divagar. Empezaba a pensar en otras cosas. Yo hacía un esfuerzo por hacer volver mi mente al asunto de la oración, pero me vencía el sueño: "Lo puedo hacer mañana por la mañana en lugar de esta noche." Pero en la mañana, nuevamente me iba a dormir. No valían de nada mis esfuerzos, sencillamente no podía orar sin cesar.

Yo me quejé al Señor acerca de esto: "Señor", dije, "aquí tiene que haber algo que no aparece a primera vista. Tú dices que debo orar sin cesar, y yo estoy dispuesto a hacerlo, pero soy incapaz de realizarlo. Tiene que haber alguna dimensión de oración con la cual no estoy familiarizado, una de la cual yo no tengo ninguna idea. Señor, ¿me puedes mostrar cómo puedo orar sin cesar, de modo que pueda obedecer tu Palabra?"

Aun antes de que pudiera decir "Amén", de repente estaba orando una nueva clase de oración, esa de la cual habla Marcos 16:17: "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echaran fuera demonios; hablaran nuevas lenguas." Sencillamente manaba de mí. No tenía que pensar lo que debía decirme de qué debía orar, porque estaba orando en una lengua que nunca había aprendido. Y era tan fácil orar. La ración continuó fluyendo y fluyendo. Y aunque no supe lo que estaba diciendo, yo sabía que era lo correcto, debido al sentir que me hizo experimentar en lo interior, tan cerca de Dios, tan consciente de su poder y amor, en tal comunión íntima con Él. Me imagino que oré por media hora sin detenerme, la oración más larga y espontanea de mi vida hasta ese día.

Jesús dijo: "Continúa alabándome. Nunca te detengas, y yo haré que la cadena de oración continúe dentro de ti, allí en el templo del Espíritu Santo, en tus entrañas mismas. Y Él ha cumplido su palabra. Siempre ha habido ríos de agua viva fluyendo de mi interior. Siempre estoy alabando a Jesús, uniéndome en una oración del Espíritu que fluye siempre, intercediendo perfectamente cuando ni siquiera se que es lo que debo orar, porque el Espíritu Santo ora por mi intermedio.

Ese tipo de oración pasa de largo la mente, y oh, como hace Satanás enardecerse, porque no puede interferirla. Él no puede descubrir lo que usted piensa hacer. Y además usted no puede dañarla con su intelecto. Es Dios el Espíritu Santo el que está creando la oración desde nuestros espíritus humanos directamente hacia Dios en el trono de gracia. Usted no tiene que decir: "Si es tu voluntad", porque cualquier oración en el Espíritu, esta automáticamente garantizada como correcta en el centro de la perfecta voluntad de Dios. Antes que comenzara a orar en el Espíritu, uno de mis pecados habituales era una lengua chismosa. Siendo superior tan superior, yo era un maestro en desprestigiar a todo el mundo. No importaba donde estuviera, siempre tenía algo feo que decir de alguien. Mientras más feo era el asunto, más inclinado me sentía a mencionarlo.

No había duda de que poseía la lengua más chismosa en toda la comunidad cristiana. Era ruin. Yo la había entrenado para serlo cuando era un pagano. Me deleitaba en echar lodo sobre las personas. Nunca usaba palabras profanas, porque tenia una madre cristiana, y ella me enseñó que solamente los necios usan el nombre de Dios en vano

"Puede ser que algún día tu necesites clamar a El de todo corazón", me dijo ella, "y si le haces perder tiempo llamando su nombre en vano, Él puede pensar que tu estas engañándolo cuando en realidad le estés llamando de todo corazón." Creo que yo tenia como cinco años cuando ella me dijo eso, y nunca lo olvidé.

Como vivir como un hijo del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora