15. Cómo sentir éxtasis en medio del tráfico

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El trafico. Esa fue una de las áreas de mayores problemas en mi vida, y ocurría regularmente todos los días entre las cuatro y media y las cinco y media de la tarde. Era la hora cuando me guiaba mi automóvil desde la planta hasta mi hogar, aquella estaba ubicada en la parte industrial de Baltimore, en la misma área de la Bethlehem Steel, la General Motors, y otras "pequeñas" industrias como estas. Alrededor de unas cuarenta mis personas trataban de llegar a sus casas al mismo tiempo, a través de caminos tan estrechos como que fueron hechos para trafico animal en un solo sentido.

Oh, cuán molesto era esto, conduciendo en medio de esa babel al atardecer. Yo había trabajado todo el día y me había gozado alabando al Señor, y ahora debía encontrarme con este pesado trafico del atardecer. En quince minutos ya estaba completamente exhausto. Por lo general acostumbraba a sentarme a detenerme en una luz de trafico con los nervios en tensión, listo para actuar, mientras el motor funcionaba aceleradamente, mi presión sanguínea en la misma forma. No podía relajarme por esos treinta segundos mientras esperaba que cambiara la luz ya que alguien podía adelantárseme. Tenia que ganarles a todos a partir cuando la luz cambiara y hacerles tragar humo de mi escape. Cada luz que encontraba parecía se la mas larga. Yo siempre estaba asegurando que el marcador de tiempo estaba mal ajustado, y dentro de mi tenía la sospecha que eso lo hacia alguien con la mala intención de molestarme.

A menudo deseaba poseer una larga barra de acero ubicada bajo el eje de la transmisión. Esta estaría conectada a un interruptor bajo el panel de instrumentos, y cuando alguien se interpusiese en mi camino, alguien se demorará a desplazarse y me impidiera ponerme a la cabeza del tráfico, yo podría mover el interruptor, la barra penetraría a traces del tanque de otro y saldría por su radiador en la parte delantera, y le serviría la lección

Sucedió entonces, que un día leí la escritura que dice: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que te molestan", y supe que Dios estaba hablando acerca de mi actitud cuando me hallaba detrás del volante. "Pero Señor", dije: "Todos los automovilistas me molestan."

Muy bien, dijo Él. Tú eres el que dijiste que ibas a probar todas las reglas en el "Manual del fabricante". De modo que empieza a bendecir a aquellos que te molestan en el tráfico.

Bueno, fue algo difícil, pero le prometí al Señor que trataría de hacerlo. En primer lugar, me desharía de mi arma imaginaria. En seguida, por su gracia, trataría de bendecir a aquellos que me ultrajan en situaciones del tráfico. Esto significaría un gran acopio de bendiciones.

La primera noche que probé el método de Dios en tráfico, descubrir a un individuo que estaba detenido en una calle lateral, desalentado. Tenía hambre, había trabajado todo el día muy intensamente, y el sabía que había diez mil automóviles llenos de "paganos" que todavía tendrían que pasar volando por esa intersección antes que él pudiera salir de allí.

Cuando yo me detuve y le indiqué que se colocara en la dila delante de mí, casi se desmayó. Sus ojos se agrandaron, y por un momento, se le olvido lo que debía hacer para manejar su automóvil. Él había pensado que no podría salir hasta en unas dos horas o más, de modo que había apagado el motor y se había rendido a su suerte.

Bueno, cuando hizo partir el motor u salió, todo el trafico cambio. Vi que el dejo salir a otra persona más. Yo pude sentir que el espíritu de tensión de esa hora de intenso tráfico desaparecía, y fue tal la bendición que no me podía contener.

Ahora yo soy el que domino la situación en el tráfico. Cuando llego a una luz de tráfico, observo al tenso individuo en el vehículo al lado mío, haciendo lo que yo hacia antes. Acelera para asegurarse que el motor marcha bien, produciendo bastante contaminación como para matar a todo el vecindario. Cuando la luz cambia, yo me contengo a propósito para dejarle partir adelante. Y cuando lo hace, le sale una sonrisa de oreja a oreja. Ha triunfado en algo por primera vez, tal vez en un mes. Puede ser que haya aceptado el hecho de que es un total fracaso, y de pronto yo le hago ser un triunfador detenido en el tráfico. He conseguido que gane su día, y le puedo ver alegrarse y solazarse dentro el viejo vehículo.

Ya puedo oírle cuando llega a casa. Entra a ella, y su esposa se sorprende de su felicidad tan poco acostumbrada. Ella esta acostumbrada a verlo malhumorado, como yo solía estarlo, deshecho. Pero hoy ha vencido.

"Querida después de todo el viejo cacharro no es tan malo. Deberías haberme visto dejar a tras a un flamante Mercedes al partir de una luz de tráfico esta noche." Tal vez él le da un abrazo más que de costumbre y le invita comer afuera para variar, y da una propina extra a la camarera, y ¿quién sabe que más...? Una bendición iniciada por la acción de un hijo del Rey prosigue para siempre.

Llego a casa relajado, alabando al Señor, intercediendo por todos en todas partes, y cuando llego a casa y entro, mamá sabe que me he estado portando como un hijo del Rey. Y si llego a casa cansado, ella sabe que he vuelto atrás a mi antigua manera de conducir.

No existe ningún aspecto de nuestra vida que Dios no pueda enderezar si le dejamos a Él que haga su voluntad.

Como vivir como un hijo del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora