Capítulo Cinco

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Cuando era pequeño mis padres me abandonaron.

No nací en un mundo frío o cruel, de hecho nací en uno de los mundos mas desarrollados e inteligentes, nuestro planeta fue quien creo los portales que comunicaron a todos los demás mundos e hicimos un convenio con la tierra.

Eramos una familia influyente.

Las razones del porque decidieron dejarme en la tierra é impedirme volver a mi hogar, realmente no las tengo claras, solo se que me dejaron en un pequeño bazar humano y nunca mas regresaron por mi.

Por fortuna en esos momentos ser yo, daba bastantes beneficios, mover objetos pesados, llevar personas o cargamento de un lugar a otro en poco tiempo, simplemente me facilitaron las cosas para obtener dinero y subsistir.
En alguno de mis trabajos conocí a un chico, era bastante inteligente y entendía hasta cierto punto la manera en que trabajaban los portales...era interesante...nos hicimos amigos.

Cuando empezaron los problemas, su inteligencia salio a relucir, yo solo era como un extra, pero cuando empezaron a ser amenazas mas grandes...simplemente la idea cruzo mi cabeza.

Cierra los portales

Él se negó, era arriesgado que solo yo los cerrará, probablemente no regresaría...pero era un sacrificio mínimo que estaba dispuesto a correr.

Y todo se volvió oscuro.

Pero ahora de nuevo parece haber luz, el frío y el vacío parecen haber desaparecido, es como volver a estar vivo.

Una persona frente de mi, otras tantas al rededor, todos parecen estar en un estado de alerta, como si vieran una amenaza.

El lugar se me hace conocido, pero las personas no, una chica castaña humana, un chico peliblanco probablemente telepata, una pelirroja que es una cruza entre un gigante y un humano, un pelinegro que al igual que la chica roja, es una cruza de un subzero y un humano, y una quinta persona que no esta presente...pero él es...

— Deja de vernos, o el golpe te dejo tonto

El chico pelinegro me hablo, responder o hacer algo seria inútil, para mi ellos son un amenaza y yo soy lo mismo para ellos.
No tengo ventaja, el lugar es desconocido, aun me encuentro entumido, hay una persona que no esta presente, y el lugar parece estar bajo tierra.

— Robbie, serás idiota

La chica castaña de entre todos es la que esta mas calmada, no confía del todo, pero es la única que esta dispuesta a entablar una conversación.

Todos empezaron a hablar entre ellos, y después ella solo toco mi hombro y hacia señas de que nos fuéramos de ahí en lo que ellos discutían...esta chica me cae bien.

Había un pequeño elevador, los botones estaban un poco desgastados, pero había un pequeño garabato que llamaba mi atención, están un poco borroso, al igual que otra figura que estaba a su lado, parecía una mano, bastante familiar.

Las puertas del elevador se abrieron de nuevo, dejando ver una sala un tanto descuidada.

— Lamento lo que paso haya abajo...hemos estado un poco ajetreados y no hay mucha paciencia...a demás debió ser muy raro estar aya abajó con tantos desconocidos

Los viejos muebles.

La estructura.

El lugar...

— Stanford...

— He...

— Ford vive aquí...

— ¿Mi tío Ford? ¿Conoces a mi tío?

— Esta casa le pertenece a la familia de Ford...¿Quién eres? Ford es de mi edad y no tiene sobrinos

— Ford...es mi tío...él murió hace diez años, tal vez estas confundido...

— Mentirosa

— Esta muerto, tu nombre es Bill, eras el amigo de Ford, ha pasado un poco menos de docientos años desde que cerrastes los portales, así que cállate, acéptalo y lárgate

— Dipper!!... ¿Dipper?

— Mabel, irte con un "desconocido" mientras los demás discuten no es de las cosas más inteligentes que hayas hecho, yo vigilo todo lo que pasa en esta casa y en la ciudad por los monitores, no se necesita ser un genio para saber que hay algunos micrófonos por toda la base y la casa

— Eso es espionaje Mason

— No están grabando todo el tiempo

— Eso lo hablaremos luego...¿por qué si sabias quien era no lo dijiste?

— Era tan obvio que lo considere absurdo decirlo

— ¿Quién eres?

— Eso no te importa, solo largate, que hayas sido amigo de Ford no significa que seas bienvenido aquí

La chica castaña empezó a hablar sola  al micrófono, no darle importancia a las palabras vacías de esa maquina era bastante fácil, y realmente no me importaba.

Empecé a caminar por la casa, en realidad no había cambiado nada, solo que algunas cosas estaban fuera de lugar, encontré dos fotografías, en una estaba un hombre mayor con lentes cuadrados, una niña a su lado izquierdo y un niño a su lado derecho, la mano que estaba sobre el hombro del niño tenía seis dedos...solo di un suspiro y voltee la mirada hacia la otra fotografía.
Un chico castaño con lentes cuadrados...así que nunca cambiaste el estilo de lentes, las dos manos alzadas, una sostenida por el otro chico que salia en la foto, mostrando los seis dedos que tenían cada una de las manos...la otra persona que lo acompañaba era yo...

— Encontraste esas fotos...esa foto nos la tomaron cuando teníamos seis años...la otra, bueno...sabia que tu cara se me hacia familiar pero no recordaba donde te había visto...el tío Ford nos hablaba mucho de ti, le hubiera encantado verte de nuevo

—  A mi también me hubiera encantado verlo de nuevo...

— Las palabras de mi hermano...no les hagas caso, solo ignóralo...él hará lo mismo contigo

— No importa...espera ¿hermano?, ¿Hablas del chico pelinegro? —la mire un tanto confundido y ella solo hizo una media sonrisa

No, ese chico se llama Robbie...mi hermano es el que hablo por el micrófono...

— ¿Eso era una persona? Pensé que era alguna grabación o algo

— Lamentablemente...ese era mi hermano al habla — cambio su expresión desanimada a una más alegre y después me tomo de las manos — ven, te presentare a los demás, ya deben estar mas calmados y podrás conocerlos mejor








Sera un nuevo inicio

No seré como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora