Capítulo Veinticinco

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La obscuridad es inmensa, fría y desconocida, los humanos aprendieron a temerle, mientras que algunos otros mundos aprendieron a explorarla.

Siempre ha sido algo interesante por comprender, pero siempre olvidaban comprenderse a si mismos.

Un gran satelite se encontraba sobre la tierra, tambien era llamado como la base nodriza, aquel lugar era tan grande que era capaz de albergar a los investigadores de varios universos, un salon con mil invitados de diferentes lugares del universo y a los siguientes consejales.

Los organizadores corrían por todo el lugar, colocando los últimos detalles y checando que todo estuviera en su lugar, algunos invitados empezaban a llegar y algunas personas internas del lugar se movía sigilosamente movíendo instrumentos peligrosos.

- ¿Crees que esto es seguro? - sonreía y hablaba entre dientes, mientras saludaban a los pocos invitados que habían - Pueden descubrirnos...y lo sabes...

- Ya cállate, y sigue saludando Robbie, y tú busca la dichosa puerta para que cuando este lugar este repleto de todos los invitados, solo te diriges a esa puerta...y lo sacas a él... - él rubio de ojos "grises" solo asintió levemente, y sus ojos empezaban a recorrer cada parte de aquel lugar, ya que aunque estuvo durante un periodo largo de tiempo en aquel lugar, no recordaba del todo el lugar donde se encontraba la puerta, ya que había varias y todas dirigían a diferentes lugares - por cierto...escuche que este lugar también funge como cárcel...¿No es así? ¿En tonces esa persona esta aquí?

No respondió, debía seguir fingiendo ser mudo y obediente frente a todos, ya que no debía levantar sospecha sobre que había regresado y que planeaba quitarles a su "arma" suprema.

El lugar empezó a llenarse lentamente, personas de diferentes tamaños, razas y colores de piel, empezaron a hablar entre ellos, esperando a que la junta diera inicio y ver el inicio de aquel maravilloso acontecimiento.

Los guardias dejaron de poner atención al rubio, y empezaron a evitar que algunos de los presentes rompieran algún vidrio del lugar y provocará un accidente, sigues lugar era un mar de ocupaciones, Gideon se habia ido junto al rubio, si los descubrían podrían poner una absurda escusa y tal vez seguir buscando, pero Bill tenía una idea de donde podría estar el castaño.

Caminaban rápidamente por los pasillos, en cuanto el tratado se firmará su plan de crear caos en la tierra se haría presente, al estar la base en el espacio no habría forma de detenerlos y mucho menos de realizar algún contra ataque, cuando se fueron de la sala los participantes estaban siendo llamados, las presentaciones y explicaciones les darían una hora, los cantos o himnos una media hora, y el juramento y firma seria lo ultimo.

Los largos pasillos parecían no terminar para Gideon, nunca parecían llevarte a nada y mas que un laboratorio parecía un sótano por la cantidad de tubos y paredes que habían, primero lo hizo arrastrarse por el piso para poder entrar a una pequeña puerta bajo la mesa, tuvieron que bajar unas pequeñas escaleras y ahora estaban en aquel mugriento lugar.

— Estamos llegando a algun lado con esto, o solamente estamos dando vueltas Bill

— Deja de quejarte, solo estamos caminando por lo bajo de los laboratorios, es mas "seguro" y cuando me escapa solía estar aquí así que no hay posibilidad de perdida

— Esta bien,,,ahora hay dos caminos...derecha o izquierda...

— No lo se...antes creo que había uno...

— ...

— O era derecha...

— ¡¡Sabes que no tenemos tiempo verdad!! ¡¡VERDAD!!

No seré como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora