Capítulo Diecisiete

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— Dipper...

— Es...estaré bien...vete...es trabajo...solo necesito descansar...

— Pero...otra vez es mi culpa...

— Yo acepte...yo acepte la idea, así que...vete...de verdad...cuando regreses ya estaré mejor...

La idea de colocar una barrera a su alrededor para que lograra expresarse sin lastimar a nadie a su alrededor, parecía funcionar pero al momento de liberarla, su cuerpo lo resentía.

Salí de su habitación aun preocupado, no me gusta verlo de esa manera; terminaría el trabajo lo mas rápido posible y regresaría para colocarme yo como la barrera que lo protegería mientras duerme.

Escuche que el trabajo se trataba de regresar a un tal Gumper, que normalmente solo hace desastres menores...pero esta vez no estaba solo.

Un chico llamado Jun, al parecer tiene la misma habilidad que Wendy, unos gemelos Marlen y Matt al parecer pueden generar hilos tan finos que logran cortar estructuras metálicas, y una chica llamada Jenn, parece ser una persona con una vista extraordinaria.

Esta vez nos dividimos Gideon fue con los gemelos, Robbie con Jenn y Wendy con Jun, a mi me enviaron con Gumper...según la información de los chicos, es una criatura amorfa verde.

— Vaya vaya, esta vez no vino la princesa — su voz resonaba por los edificios, buscaba el lugar de donde se encontraba — pero ahora me enviaron al bello durmiente, que se siente estar dormido por tantos años primor

—  Pareces saber mucho...¿Donde estas?

— Me divierto un rato, tus compañeros y los míos son...poco especiales, pero hay una persona que me gusta mucho de tu equipo...¿Has cuidado bien de esta persona?
 
— No entiendo que quieres pero es mejor te muestres

— Creí que eras mejor Bill, después de todo Stanford hablaba mucho de ti, a demás de ser el penúltimo de tu especie...los mas fuertes y sabios, el que cerro los portales...eres tan decepcionante

— Y tu una bola babosa, parece que conociste a Ford, pero esa persona no vale la pena

— Me insultas cariño —tocaron mi hombro— después de todo yo no soy así — Detrás de mi había un chico de unos veinticinco años, alto y  de cabello anaranjado recogido en una coleta, ojos color purpura brillante, de espalda ancha. —Yo se que soy irresistible pero no debes cerrar la boca

— Mientes verdad

— No, mi nombre es ridículo ¿no es así?, mis padres no tenían mucha imaginación o un buen libro de nombres, pero dejando de lado eso...Tu de verdad que eres un dolor en el culo, cerraste los malditos portales justo en el mejor momento, estábamos tan cercas de volver este lugar una bodega para las armas, pero veamos el lado amable tenemos nuevos esclavos, algunos mejorados ya que son pequeños y pueden hacer trabajos delicados — caminaba de un lado al otro, con una sonrisa inocente

¿Qué pretendes?

— Abrir los portales de nuevo, ya hicimos la primera prueba...y estamos cien por ciento seguros de que funciono, hay muchas personas interesadas en volver a iniciar el "comercio" con este lugar, recuperar su inversión de hace docientos años...tu amiguito Ford nos ha ayudado mucho en esto, sus armas e inventos si los modificas un poco puedes obtener armas mas destructivas, pero hay algo más que nos interesa, él arma más grande que creo...supongo que ya debes de saber que es ¿no es así?, era algo pequeño, o tal vez grande...de un color poco común en las armas y un hermoso poder dentro de él...tan destructivo. Ha estado resguardada hasta ahora en una caja de metal, pero recientemente escuche que alguien la empezó a utilizar, dime ¿Has estado jugando con las pertenencias de Ford?

No seré como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora