"Yoongi-ssi"."¿Si?"
"No tengo la menor idea de cómo hacer esculturas en barro".
"Yo menos" Yoongi resopló bajo, volviendo a pasar el dorso de su mano sobre su frente, limpiándose los rastros de sudor.
Habían terminado de comer hace unos minutos. Jimin cocinaba delicioso, se lo había dejado muy en claro. Irene había pasado cerca suyo unos cuántas veces solo para darle unos codazos cuando estuvieron en la sala de alfarería, elevando sus cejas sugestivamente en dirección del pelirrubio.
¿Cómo rayos cabían tantas salas en ese lugar? Yoongi realmente quería felicitar al arquitecto por tan buen trabajo.
"Bueno chicos, ¿cómo les va?" Hoseok los interrumpió, una enorme sonrisa en su rostro.
Yoongi estaba tan feliz de que Hoseok estuviera aquí. Le había comentado su asistencia a sus padres, empero creyó que solo lo hacía por compromiso y se resignó a pasar dos días sin verlo.
No fue hasta que saliendo del baño chocaron y el pelirrojo murmuró contento.
"¿Creíste que te librarías de mí?".
Ese fue el momento preciso en el que realizó cuán importante era Hoseok en su vida y pensó que si no llegaba a enamorarse nunca, se casaría con él.
"El tuyo se ve bien" comentó Jimin, pues el mayor de había quedado perdido mirando el suelo.
"El de Yoongi es gracioso" agregó, causando una risa en el menor.
"¡Aigo~! No entiendo cómo esto podría divertirle a alguien".
"Pregúntale a Seokjin, luce muy emocionado con el suyo" tanto Jimin como Yoongi giraron sus cabezas para ver al pelinegro lidiar duramente con la máquina y a la vez tratando de controlar su extravagante creación.
Los tres rieron un rato y Seokjin no tardó en mostrarles el dedo corazón, refunfuñando desde su lugar.
Media hora después, Yoongi estaba en el suelo.
No era broma, Yoongi yacía plácidamente sobre el frío piso de mármol. A duras penas había logrado terminar un jarrón del tamaño de su mano. La profesora había dicho que podían decorarlo como mejor les plazca.
En ese momento Yoongi se detuvo a observar la silueta de Jimin, analizando detenidamente sus movimientos a la hora de trabajar y disfrutando de su ligero ceño fruncido debido a la concentración.
Jimin era hermoso.
Así que no lo pensó mucho cuando deslizó ágilmente sus dedos y con ayuda de una pinza —tal como Yoongi lo había llamado— escribió el nombre de Jimin en su adorno. Justo al lado de un corazón algo deforme, pero un corazón de todos modos.
Claro, únicamente a modo de agradecimiento por la comida.
La reacción de Jimin fue digna de apreciar. Fingió secarse lágrimas de los ojos y se lanzó a sus brazos, besándole todo el rostro.
Yoongi quedó lleno de baba y con la sensación de haber hecho lo correcto por el rubio.
Lo último era lo que lo tenía pensando de sobremanera, largos minutos de agonía sin poder llegar a un conclusión coherente.
La sonrisa de Jimin no dejó su cabeza en ningún momento, ni tampoco sus ojos cuando se formaban en línea al momento de sonreír; haciéndolo lucir tierno y tentando a Yoongi a pecar.
Aunque ese era otro tema.
Diez minutos, quince minutos, no sabe cuánto tiempo estuvo en el suelo. Lo que tampoco sabe es qué momento Jimin había decidido sentarse encima suyo, quien ahora se encontraba mirándolo directamente.
"Te ves lindo pensando en mí" soltó de repente.
"Yo no estoy pensando en ti" dijo tratando de sonar firme.
"¿Seguro?" sonrío y puso sus manos sobre el pecho de Yoongi, quedando a milímetros de su rostro.
"Seguro" afirmó, mordiendo su labio inferior con nerviosismo.
Jimin arrugó su nariz riendo y dejó su cabeza reposar sobre el pecho de Yoongi, quedando prácticamente todo su cuerpo sobre el otro.
Cualquiera diría que era una posición incómoda. Para Yoongi estaba lejos de serlo.
Sus manos adquirieron vida propia y se dirigieron a la cintura del menor, apretándola suavemente.
"Hueles bien" murmuró el rubio, olfateando el cuello del adverso.
"Tú igual" respondió sin ser consciente de lo que aquella simple frase causó en el otro.
"¿En serio?" Jimin sacó su cabeza del pequeño escondite que había formado, relamió sus labios y se acercó más al mayor.
"Yo..." los labios de Jimin presionaron sobre los suyos en un movimiento sutil.
"Tranquila, Irene. Estoy seguro de que por aquí está tu..." Yoongi reaccionó a esa nueva voz, a la velocidad de la luz y tan rápido que Jimin y por poco se cae.
"Oh" Jungkook tenía los ojos completamente abiertos, su mandíbula ligeramente tensa "¿Interrumpo algo?".
"Para nada" Jimin habló primero, poniéndose de pie, sin fijarse en Yoongi. "Estaba a punto de besar a mi novio, solo eso" terminó la oración con una risa, tratando de animar el ambiente.
Jungkook sonrió un poco, lo suficiente como para preocupar a Yoongi.
"No sabía que se conocían".
"¿También lo conoces?" la emoción sobresalió en la pregunta "¿Verdad que es lindo?" Jimin llevó sus manos hacia las mejillas del más alto y las apretó suavemente.
Jungkook empujó su lengua contra su mejilla derecha y asintió.
"Lo es".
"Jungkookie-ah, ¿por qué tardas tanto? Oh, veo que encontraste a los tortolitos" Irene apareció en la puerta, su ropa deportiva amoldándose perfectamente a su cuerpo. Tenía el cabello recogido en una cola alta y parecía feliz de verlos.
"Bueno, ¿pero por qué todos están tan callados? El sesión de yoga está por empezar" continuó hablando, fijando su vista en su celular sobre la mesa y soltando un grito de emoción al encontrarlo.
Avanzó hasta donde estaba su primo y con ayuda de Jimin tiró de él hacia la salida, atrapando a Jungkook del mismo modo y saliendo del lugar dejando todo desordenado.
Yoongi solo podía pensar en una cosa.
Y no era precisamente sobre Jimin.
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Paradise [M.yg + P. jm]
FanfictionYoongi sabe que está en aprietos cuando no tiene con quién ir a la boda de su prima. Hasta que conoce a Jimin. Una boda, dos chicos, una mentira. ¿Qué podría salir mal? "Porque besarte es como estar en el paraíso y el no poder tenerte se siente como...