Paradise [M.yg + P. jm]

「Capítulo 12」

"Mamá, papá, les he fallado" murmuró, limpiándo los restos de suciedad que habían quedado sobre la encimera.

Quince minutos. Ese era el tiempo exacto el que Min Yoongi estuvo lamentándose sus, para nada buenas, habilidades en la cocina.

Jimin era otra historia. Preparando los vegetales, siempre con una sonrisa en el rostro y tarareando canciones desconocidas en voz baja. Una agradable cocinera había pasado por cada equipo cada cinco minutos para revisar el avance que tenían. Era abrumador tenerla siempre al lado suyo, pero valía completamente la pena.

"¿Yoongi?" la voz del rubio lo llamó. Giró para verle, encontrándose con una imagen muy cómica.

"¿Si?" dijo burlón.

"Necesito un poco de ayuda aquí" pidió. Señalando la mezcla sobre la mesa y mostrando las mangas de su camisa caídas.

Yoongi se acercó un poco. El espacio que se les había sido asignado era reducido, pues no eran los únicos preparando sus alimentos.

Elevó su vista, mirando alrededor, solo para darse cuenta que la mayoría de las personas estaban tan sumidas en su trabajo manual que no se percataban de lo que sucedía en su entorno.

"Gracias" murmuró bajito al ver que Yoongi había remangado su camisa para que pudiera manejar con facilidad los utensilios.

"No hay de qué" dijo el otro al instante, como si fuera una respuesta pre-programada, causándole una leve carcajada.

"Tierno" susurró bajito, volviendo su atención a la carne.

Yoongi lo escuchó, pero decidió quedarse callado. Una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

Un silencio agradable se instaló luego de eso. La coordinadora y chef volvió a pasar por su mesa una vez más para revisar si seguían al pie de la letra la receta. Yoongi podía escuchar, no muy lejos, las voces de sus tías, enormemente felices de poder lucirse con sus talentos culinarios y demostrar sus conocimientos previos sobre el tema. Otras voces eran las de sus primas, respuestas llanas ante la emoción palpable de los mayores.

Yoongi no tenía qué hacer. Jimin se había encargado de casi todo en un tiempo increíble. Debía admitir, a su pesar, lo bien que el rubio se veía con aquel mandil guinda. Además de elogiar la agilidad del menor para cocinar porque, vamos, no cualquiera lo hacía así de rápido y eficiente.

"¿Puedo ayudar en algo?" interrumpió sus pensamientos. Se había aburrido de solo ver.

Jimin hizo una mueca divertida y con dificultad, pues tenía ambas de sus manos ocupadas, hizo un ademán para que se acercara.

"Ven" llamó, poniendo nervioso a su acompañante por el tono que usó.

Yoongi avanzó arrastrando sus pies para quedar frente al más bajo.