「Capítulo 6」

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"¿Está seguro de que no desea ordenar nada?"

Jimin negó, quizá por enésima vez durante los últimos quince minutos que había estado sentado en una esquina de la cafetería que habían acordado con Yoongi.

"Estoy esperando a alguien, gracias".

El otro chico palideció ante la respuesta y bajó la mirada apenado.

"¡Lo siento por entrometerme, joven!" exclamó. Jimin asintió sin interés, jugando con sus manos y deshaciendo el nudo que había hecho con sus dedos.

"No pasa nada, llegará en cualquier..."

El sonido de la campanilla de la entrada lo sobresaltó, captando su atención y logrando que su cuello girara para ver directamente a la persona que había ingresado.

Yoongi.

Se veía diferente a como había pensado. Lo había imaginado con un terno, zapatos bien lustrados y abotonado hasta el cuello.

Sin embargo, ahí estaba él, luciendo casi más joven que el propio Jimin. Sus cabellos caían por su frente y tenía un aura de relajo, incluso si su respiración era agitada y caminaba enredándose en sus propios pasos.

No había dejado de lado su característico color negro que vestía y que, Jimin había notado, Yoongi amaba.

Era algo así como un saco, enorme y que parecía no tener fin; cubriendo incluso su pantalón.

Jimin se preguntó cómo quedaría esa ropa en él. Apostaba a que se perdería en ella.

Pero eso no era lo único que había atraído su atención. Los causantes de su repentino alboroto de hormonas se debían a las lunas que cubrían los ojos de Yoongi.

¿A alguien podían quedarle mejor esas gafas?

Se preguntó internamente.

Jimin empezaba a dudar de que ese hombre sea real, su belleza iba en contra de cualquier parámetro establecido en el mundo humano.

"El tráfico era horrible, lo juro" fue lo primero que salió de aquellos pálidos y finos labios.

Jimin se removió nervioso en su sitio, jugando con sus lentes de sol sobre su regazo y asintiendo distraído a lo que él mayor decía.

Hasta había olvidado de la presencia del mesero debido a la llegada de Yoongi.

"¿Desea algo para...?"

"Un frapuccino de moca y un café expresso, por favor" Jimin elevó su mirada ante el pedido y observó a Yoongi con la ceja alzada. "También dos muffins, uno de chocolate y el otro de vainilla".

"En seguida, señor" dijo el mesero y se alejó de la mesa en dirección a la barra.

"¿Por qué pediste dos cosas?"

"¿No te gusta ninguna de las cosas que elegí?" Yoongi lo miró sorprendido.

"Ew, no ¿sabes cómo la cafeína afecta a tu cerebro en medidas desproporcionadas? Ya veo por qué eres tan cabeza hueca".

Jimin hablaba con una mueca de asco escrito en su rostro y Yoongi se echó a reír, sin pensarlo demasiado.

Todo el proceso que implicó dejar escapar esa carcajada, fue contemplado atento por el rubio.

No se perdió nada, lo miró desde que inició hasta que Yoongi notó que lo estaba mirando demasiado

Las comisuras de los labios contrarios se elevaron de repente, su nariz se arrugó un poco y sus ojos también sufrieron parte del cambio, pues se hicieron aún más pequeños. Aunque lo que más llamó la atención de Jimin fue lo tierno que Yoongi se veía al sonreír, dejando a plena vista sus rosadas encías.

Paradise [M.yg + P. jm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora