「Final」

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Jimin era un caos ahora mismo. Su nariz roja como un tomate, una caja de pañuelos a su lado y un Gus algo agobiado por tener al rubio repartiendo lágrimas por doquier. El pequeño pug estaba envidiando a Minnie por estar en la veterinaria ese día.

"¡Ya no quiero seguir leyendo, Gus!" volvió a chillar el chico. "Este libro saca lo peor de mí." dijo, cerrando la copia de Orgullo y Prejuicio. "Darcy es tan malditamente...¿cómo decirlo? Te atrapa por completo." el pug se acomodó en las piernas del rubio y recibió feliz las caricias en su cabeza "Lo amo, lo odio, lo vuelvo a amar..." empezó a divagar. "Estoy odiando amarlo."

Gus ladró una vez y Jimin lo miró enternecido, tomándolo en sus brazos y besándolo.

"¿También lo odias, pequeño Gussie?" lo sostuvo en frente de él. "¿O lo amas locamente como yo cuando deja de comportarse como un Neanderthal?"

El perrito pataleó en sus brazos y Jimin rio antes de bajarlo al suelo y verlo correr hacia su cama.

"De tal dueño tal mascota." pensó algo triste, sintiendo el vacío en el departamento cuando no es escuchó nada más que su respiración pausada.

Hoy cumplía 730 días de relación con Yoongi.

Dos años que habían pasado tan rápido que ni él podía creérselo realmente. Observó las fotos colocadas en orden sobre un mueble de madera y sonrió para sus adentros.

La primera era de ellos dos en alguna tienda mágica de la cual no recuerda el nombre ya que había ido únicamente porque Yoongi era un amante de Harry Potter y él solo había accedido a ir porque a su gruñón novio lo hacía feliz. 

"Aléjate de mí, muggle." Yoongi había dicho cuando le preguntó por qué el señor de aspecto tétrico no tenía nariz. O por qué había un gigante en la película cuando esta se trataba de magos.

Algo que seguía sin comprender era el por qué Yoongi lo besó de improviso y con tanta fuerza cuando estaban en esa tienda y el chico que los atendió le dio un frasquito con algo llamado Amortentia y él de curioso como siempre olfateó el interior del envase para luego mirar a Yoongi con los ojos brillosos y decirle.

"¿Harry Potter usaba tu shampoo? Porque esto huele exactamente a ti."

Ni siquiera el chico de la tienda le explicó por qué cuando salieron tomados de las manos les deseó toda la buena vibra del mundo en su relación.

La segunda foto y, un poco más reciente, era de ellos en Francia.

Jimin tenía que dar una importante conferencia para los jóvenes de ese país y Yoongi estuvo dándole ánimos antes de subir al escenario, aplaudiendo entre el público cuando terminó de exponer sobre el impacto de las redes sociales en la economía de un país de primer mundo y entregándole un ramo de rosas amarillas cuando lo tuvo frente suyo.

"Lo hiciste de maravilla."

"Gracias, bebé."

Y ese día hicieron el amor bajo las estrellas del hermoso cielo de París en uno de los muchos hoteles de Namjoon.

Ciertamente, el moreno nunca se enteró de eso. Aunque Yoongi había dejado una notoria indirecta en el baño de la habitación con un "Lo siento por las sábanas, Nam. Se te quiere."

Tantas fotos, recuerdos y experiencias vividas que solo lograban ponerlo nostálgico al saber que precisamente ese día Yoongi estaba en algún lugar de México o Colombia por una reunión de trabajo importante alardeando su muy mejorado castellano.

Jimin se había sentido orgulloso de su novio cuando por fin logró hacer que dijera su nombre y edad en español. También lloró cuando le dijo que lo amaba en ese idioma, pero eso era otro tema.

Paradise [M.yg + P. jm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora