Acaba de empezar el año y al igual que los anteriores me dirijo al colegio detrás del chico que me gusta.
Mi amigo Eddie dice que soy una acosadora, llevo cinco años a unos pasos atrás de su espalda ida y vuelta del colegio, Tengo fantasías tocando su mano o posiblemente un beso. No se sí me conocerá o sí sabrá mi nombre o que vivo a tres casas de la suya. Hace un tiempo le enviaba notas pero nunca fueron respondidas. Nunca me ha hablado creo que nunca se ha dado cuenta que siempre estoy detrás de él.
Al entrar al colegio uno de sus amigos lo asedio así que continúe mi camino como sí nada. Entré al salón que me designaron, atrás como siempre molestando estaba Eddie, pobres de las profesoras que se lo tengan que aguantar este año.
Sabía que este año tenía un toque especial. Y no me equivocaba de repente entro Sam y se sentó justo en la mesa de al lado. Pero...¿Por qué estaba aquí? La respuesta era clara, perdió el año y ahora estudio con él. No pude evitar sonreír, aunque de repente sentí ansiedad. Mis manos empezaron a sudar.
Minutos después que la profesora llego nos pidió que nos juntáramos con el compañero de al lado. Esta era mi oportunidad de al fin hablarle.
"SI tú puedes" me animaba a mí misma. "Hey yo puedo si lo hare, solo respira"
Un calambre paso por mi cuerpo cuando me volteo a mirar, fue demasiada presión y de un impulso puse mi mirada en mi maleta y la abrí como buscando algo. Escuche el ruido de su mesa acercándola a la mía.
—Hola. —me saludo. Su voz era tranquila.
Cuando lo sentí tan cera cerré la maleta y la tire en el piso, puse mis manos nerviosas en mis bolcillos y respire profundo.
—Hola —salude mirando sus grandes ojos simulando una tranquilidad que no poseía en el momento.
La profe nos pasó una hoja con unas actividades. Sam tomo su lapicero y escribió su nombre en el parte de arriba "Sam White" Al fin sabrá mi nombre pensé, cuando termino de escribir el suyo, estaba lista para darle mi nombre, sin embrago sorprendentemente escribió: Ana Miller.
—¿Cómo sabes mi nombre? —pregunte con curiosidad.
—Sería más extraño si no lo supiera. —levanto una ceja y una media sonrisa se le asomo.
Trague saliva de repente mi corazón latió a mil por hora.
Realizamos la actividad, él mantuvo mucho silencio, era algo incómodo pero a la vez prefería que fuera así, pues no quería embarrarla diciendo cosas incoherentes. Al finalizar la clase terminamos la actividad, de inmediato sonó el timbre de descanso y el salió rápidamente del salón.
—Ana —Era Eddie llamándome—. Vamos apresúrate.
Guarde mi cartuchera rápidamente y salí tras él.
—Te veías tan tímida ni te reconocí. —Tenía razón no me caracterizaba por ser una chica tímida solo que no sabía cómo reaccionar ante Sam.
Eddie era mi amigo desde hace ya varios años, mantenemos la mayor parte del tiempo juntos. Normalmente, nos dedicábamos en el descanso a subirnos a uno de los techos del colegio que conecta con la calle y desde hay le tirábamos bolas de papel a la gente que pasaba o gritamos en una de las ventanas para asustar a nuestros compañeros. En las tardes me enseñaba a jugar baloncesto, pues era de sus más grandes aficiones, pocas veces le ganaba pues su altura era una barrera entre la canasta y yo. En el colegio siempre lo he apoyado cuando hay competencias. Es él que más se destaca.
—¿Qué hablaste con él? —pregunto curioso
—Se podría decir que es de pocas palabras —respondí algo desanimada.
—Yo creo que deberías dejar a ese chico en paz y buscar a alguien que se ajuste a tu personalidad.
Creo que eso nunca lo considere. Alguien con mi personalidad. Creo que me aguanto porque soy yo, pero aguantar a alguien como yo ya es algo muy diferente.
—Toma. —Saco de su bolsillo chupetas sabor a fresa, de mis favoritas y me regalo una.
—Que rico.
Si te ha gustado no te olvides de votar

ESTÁS LEYENDO
Ella es mía
RomantizmAna Miller lleva mucho tiempo detrás del chico que le gusta Sam White, para Ana, ella no existe en el mundo de Sam, pero todo cambiara cuando el resulta estudiando en su mismo salón de clases. © Todos los Derechos Reservados. Prohibido su plagio Tot...