Harry's P.O.V.
Niall deja caer su mochila junto a la mía y se desliza en el escritorio a mi derecha.
—Odio la idea de que este examen final de matemáticas va a matar nuestra amistad.
—¿Eh? —pregunto, sólo escuchando a medias.
—Repruebo, y tú vas a la universidad dejándome a mí atrás. ¿Todavía pasarás el rato conmigo cuando mi carrera alcance un punto máximo como el asistente del gerente de Taco Delights?
—Sólo si me das taco-helados gratis. Además, creo que tú podrías ser gerente. —No miro hacia arriba.
Estoy enviándole un mensaje a Jess. Quiero esto enviado antes de que el Señor Madsen, el profesor de matemática, llegue y me atrape con mi teléfono afuera.
—Los gerentes tienen que ser capaces de contar más allá de sus dedos. Vamos hombre, te necesito al frente y centro para mi fiesta de lástima. ¿No te importa que esté a punto de hundirme en llamas? Has estado enviando mensajes de texto sin descanso. ¿Qué pasa? ¿Quién está caliente?
Le echo un vistazo y me doy cuenta de que el tipo está un poco patético hoy. Su pelo color agua sucia está desecho como si acabara de rodar fuera de la cama. Además no hay mucha chispa para causar problemas en sus ojos azules tampoco.
—Lo siento. Tengo un nuevo enamoramiento, y estoy haciendo que funcione. Vas a rockear al final, no te preocupes —le digo mientras envío el mensaje.
Asiente hacia mi teléfono.
—Ese mensaje era lo suficientemente largo para ser una novela. Y de nuevo... ¿quién es la chica?
El Señor Madsen aún no está a la vista. El rumor volando alrededor del salón es que la copiadora de la oficina principal se quebró. Hay una posibilidad de que nuestro examen final podría ser reprogramado. Durante el almuerzo.
—¿Qué piensas sobre mí teniendo una novia real para el verano? Como a largo plazo —pregunto.
Niall ríe tan fuerte que le salen lágrimas de sus ojos, y la mitad del salón voltea a mirar.
—Jesús, casi sonabas serio —agrega cuando me quedo en silencio.
—Hablo en serio. ¿Qué dirías si ese mensaje era para Jess Jordan?
Niall se ríe aún más fuerte.
—¡Amigo! Me asustaría. Comprobaría si tuvieras un ombligo sólo en caso de que hubieras sido cambiado por una raza alienígena. Organizaría una intervención y te conseguiría la ayuda que necesites. Dime que estás bromeando. Dime que tú, actuando como un completo bicho raro ayer y
usando su abrigo rosado alrededor después de que ella la perdió en el almuerzo, no era sobre tú queriendo conectar con esa chica.
Me encojo de hombros.
—No conectar. Salir. Ella está caliente como el infierno. Incluso dijiste eso.
—Sí... es decir caliente y hielo frío. ¿O debería concentrarme en el hecho de que también dijiste la palabra infierno por el resto de esta conversación? Salir con esa chica, incluso por un segundo sería un
absoluto infierno. ¿Tienes ganas de morir?
—Caliente y dulce, en realidad. Ella es diferente. No cómo todo el mundo piensa en absoluto, me gusta. Ella me gusta, gusta. Lo juro.