Jess's P.O.V.
El martilleo en mi cabeza se ha incrementado. Una señal de que estoy corriendo al vacío, y a punto de tocar fondo.
Afortunadamente, Harry había comprado mi excusa de ―mal almuerzo- porque parezco una mierda ahora mismo. Como si eso importara. ¿Tienes que lucir bien para un chico al que le estás pagando por salir contigo? Cierro los ojos porque han empezado a doler.
—Estoy esperando —pregunta con una voz ultra suave. Como si de alguna manera supiera que estoy a punto de tocar fondo sobre él.
—De acuerdo... bueno... pido oficialmente tu entrada. Dame un repaso rápido de los detalles. —Mantengo los ojos cerrados—. No tengo ni idea de cómo proceder con la elaboración de un contrato como este. Sólo... que sea justo. Honesto.
—Está bien. —Harry intenta sonar como si estuviera aclarando su garganta, pero puedo decir que acaba de tragarse una carcajada. Tengo miedo de abrir los ojos porque probablemente está haciendo una de esas enormes sonrisas. No puedo tomar una oleada de mariposas en este momento, así que aprieto los ojos cerrados con más fuerza.
—Vamos a hablar de las llamadas telefónicas primero — comienza—. ¿Cuántas veces a la semana esperas que tu novio falso te llame?
—Por favor. Yo ni siquiera tengo amigas que me llamen. ¿Cómo voy a saberlo? ¿Cuál es lo normal?
—¿Podríamos empezar con una vez por día? —Su voz se suavizó y la risa se fue.
Abro mis ojos y me encuentro con su mirada muerta, tratando de renfocar. Odio cuando las personas sienten pena por mí. Y creo que él está haciendo eso.
—Siete llamadas por semana, entonces. Sí. Siete suena bien. Ah, y mensajes de texto. No vamos a empezar realmente a fingir que salimos hasta después de que comience la pasantía. ¿Es eso lo que quieres?
—Pensé que estábamos saliendo ahora. Estoy a favor de iniciar esto hoy. Hemos tenido una exposición exitosa en el almuerzo, así que vamos mantenerlo en marcha. Voy a mandar un mensaje de texto esta noche. — Él escribe algo en el papel. Inclino mi cabeza hacia un lado para ver su escritura en garabatos llenar las líneas en la página. Me mira, esperando por más. Sólo puedo parpadear y mirar a los rizos justo por encima de su frente—. ¿Qué sigue...?
—¿Normalmente cómo inicias la rutina de novia? ¿Hoy es un buen ejemplo? ¿Cazas a tus presas mientras se dirigen a sus autos, y luego, eres tan lindo y encantador que es un ―vamos- automático?
Se ríe.
—Es un ―vamos- siempre que se trate de un ―vamos-. No hay marcha de tiempo sobre eso. Hay un montón de hablar, coquetear, esperar, mirar, tropezar, ya sabes, lo de siempre.
Me encojó de hombros. No lo sé, pero no voy a decirle eso.
—¿Cuándo, además de la larga caminata hasta el estacionamiento son sus los mejores puntos para tener una conversación? Sólo por curiosidad.
—Lo he hecho bien susurrándole a las chicas en la biblioteca. La cafetería también funciona bien porque es fácil bromear alrededor de allí. Nunca lo he analizado. —Se encoge de hombros.
—Hmm. Sin embargo, datos curiosos. ¿Cómo sabes que está resultando, que ella está siguiéndote, o lo que sea?
—Ella me da su número de teléfono, o le doy el mío. Entonces... coqueteamos por mensajes de texto. Cuando tú, um, quieres que las cosas sean públicas, van a Facebook. El en una de relación nos llevará a nuestra mejor exposición.
—Sí... uh, sobre Facebook... todas esas redes sociales. No tengo. Mis padres consultan el correo, Facebook y mensajes de texto de mi hermana como acosadores. Para conseguir nuestros teléfonos celulares, Kika y yo hemos tenido que estar de acuerdo con la Ley de no privacidad de la familia Jordan. Sí tengo una cuenta de correo electrónico por la escuela. Sin embargo, Facebook y Twitter... si eres yo... no tiene sentido. Tú serías mi único ―amigo-, además de mi familia.