Capítulo 15

1.3K 64 3
                                    

Harry's P.O.V

Es imposible para mí no divisar a Jess. Ella ha surgido a través de las puertas de salida de la pista y parece no darse cuenta de que entró en la dirección equivocada.

      —¿Le verías el cabello? —Suelto un silbido silencioso. Nunca lo había visto suelto. El brillo, lo largo, casi le llega a la cintura.

      La pista es horrible, setecientos luces fluorescentes nunca favorecen a nadie, pero Jess parece resplandecer bajo ellos. Ella mira alrededor, y puedo decir por la postura de sus hombros que está tensa. Sus manos también están aferradas en apretados puños. Cuando ella echa un vistazo hacia el área de la barra abierta de bocadillos donde están las mesas, detecto un pequeño indicio de decepción en su expresión. Ella camina alrededor de cada mesa como si buscara algo y me doy cuenta que esa cosa

no soy yo... ella está demasiado enfocada en las mesas. ¿Qué está haciendo?

      Supongo que me alegra que no me haya notado. Estoy sujetando dos latas grandes de ―Salsa de Queso Pico Nacho- como un idiota. Tampoco parece que pueda dejar de estar boquiabierto, y mi boca sólo parece abrirse más ahora que he captado un vistazo de su perfil a medida que ella se acerca, haciendo una lenta vuelta alrededor de otra mesa.

       Abandono las latas en la mesa y doy un paso hacia ella.

       —¡Sagrada mierda y doble guau! —digo entre dientes. No puedo moverme. Mi pecho se aprieta y experimento un breve momento de pánico. Ella se ha puesto algún tipo de maquillaje. Sus ya notables ojos parecen más iluminados y el doble de grandes incluso a esta distancia.

       —¡Y sus labios! —Maldición.

       Casi no puedo respirar y me escondo detrás de uno de los pilares de apoyo. Sus labios han sido transformados por alguna clase de intrigante brillo labial o lápiz labial o lo que sea que las chicas usan en su intento por hacer que los chicos pierdan el control.

       Ayer, pensaba que odiaba esa porquería... pero ahora... no estoy tan seguro.

       No. El brillo labial todavía es la peor cosa alguna vez inventada. Todavía lo odio. Lo hago. Lo hago.

       —Estás perdiendo la compostura, amigo. Cálmate. Sabías que ella lucía bien antes de esta noche. —Decido un nuevo plan. Fingiré no haberla visto aún.

       Rápidamente recojo las latas de queso y me dirijo hacia la entrada de media puerta de la barra. La barra de bocadillos me permitirá mi buen metro de espacio del mostrador entre ella y yo. Luego, la llamaré. Llamaré a mi novia. Sí. Mi novia.

       Mi supuesta, increíblemente hermosa, supuesta novia.

       Supuesta. Supuesta. Supuesta.

       Cierro la boca justo a tiempo y me pego mi cara de juego cuando ella me divisa y me desvía. Ella me ha atrapado en la parte frontal del mostrador.

       Demasiado. Cerca. De. Su. BRILLO LABIAL.

       —Hola —dice ella.

       —Ahí estás. —Cubro mi ahogada voz con una pequeña tos.

       Inseguro de hacia dónde mirar y hacia dónde no, me concentro en sus ojos. En lo que ella está sintiendo. No en cómo luce... no en cómo ella ha hecho que mi corazón se sienta como si estuviera en una carrera de caballos.

       Su expresión es cautelosa. Algo atormentada y muy nerviosa.

       Por más que quiera mantener la calma y decirle que esta noche va a salir perfectamente, no puedo tranquilizarla porque nunca he sentido esta pérdida de control en toda mi vida. No tengo idea de cómo hablar con esta asombrosamente hermosa y sin embargo luciendo vulnerable versión de Jess Jordan. Ella tiene razón. No tengo idea de quién es ella en absoluto.

Almost | Harry Styles {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora