Capítulo 17

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Harry's P.O.V

Miré las montañas de ranas en nenúfares que cuidadosamente había colocado en largas mesas de metal en el almacén de Geekstuff. Considerando que Jess y yo habíamos estado trabajando en este proyecto toda la semana, y no habíamos empezado a desenredar las cuerdas de seguridad, esta tarea de

ranas ahora parecía más allá de lo imposible para terminar en dos días.

       Nunca más quisiera ver a una rana ni viva ni muerta, y especialmente mucho menos una de plástico. Tanto como sabía, el proyecto de la FTD podía irse a la mierda.

       El entusiasmo inicial de Jess también se atenuó. Habíamos repartido las tareas para ser más eficientes. Ella abría los paquetes mientras yo los montaba. Después de eso, ambos amarraríamos las cuerdas de seguridad y subiríamos los archivos de datos juntos. Unas cuantas horas más de montones de ranas, y seríamos capaces de cambiar esta tarea monótona por otra.

       Jess ha estado distante toda la mañana. Respuestas cortas y largos suspiros es todo lo que he obtenido de ella después de que desapareció detrás de la pila creciente de materiales para empacar al otro lado de mi espacio de trabajo. Cada estúpida rana sería había sido enviada desde China. Ellos le habían puesto suficiente cinta adhesiva, cartón y plástico de burbujas suficiente que pensarías que están hechas de vidrio.

       Estoy seguro que las cosas valdrían menos que su empaque, pero a este punto no quería saber. Estoy aburrido, caliente, malhumorado como el infierno, y con hambre para un serio almuerzo-masculino.

       Burritos. Subs de un pie de largo de carne. La Coca-Cola fría más grande que pueda comprar.

       Una gran pizza completa y una ración de alas. Una hamburguesa que rebose mayonesa y tocino, y una Coca-Cola extra grande muy fría.

       Todo. Todo.

       Tiré un nenúfar como un Frisbee detrás de una pila de cajas y sonrío cuando Jess jadea. —¡Dos puntos si lo golpeas! —le grito, tratando de animarla.

       —¡Ya quisieras!

       Oigo una pequeña risa mientras ella azota la cosa sobre las cajas.

Saca una de mis cuidadosamente puestas pilas de ranas. —Fácil. Se llama puntería —le tomo el pelo de nuevo—. ¿Tienes tanta hambre como yo tengo hambre? —pregunto deseando que almuerce conmigo.

       No lo menciono más, porque sé que no lo hará. No puede.

       —¿Por qué no te comes esto? —Antes de que me pueda defender, me golpea en la frente con una bola de plástico de burbujas envuelta con cinta adhesiva. Maldición, la chica tenía un buen brazo.

      —Fallaste —le digo, pero sé que he sido atrapado cuando veo un destello de su cabello rubio saliendo del lado lejano de las cajas que aún no tienen dirección.

      Las mariquitas. Nuestro proyecto futuro del infierno.

      —Di lo que necesites para salvar tu orgullo. —Ella está conteniendo una risa mientras intenta no sonreír—. ¿Quieres golpearme? O estás vencido con uno, cobarde —me reta.

      Puedo escucharla aplastar papeles y pasando cinta alrededor para hacer otra pelota-bomba. Imagino que va a atacarme con media caja.

      —Quizás esta duela —agrega, confirmando mis sospechas. Ahora se ríe completamente.

      —Detente. Tregua. Si golpeas estas pilas, este proyecto nos llevará más tiempo. Lo siento lo empecé, pero estoy ansioso. Has estado callada por mucho tiempo. Hablemos sobre dónde te voy a llevar en nuestra cita este primer fin de semana. Es en dos días. ¿Preferencias?

Almost | Harry Styles {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora