Harry's P.O.V
Nadie se mueve hasta que ha desaparecido.
—Mierda. Styles. ¿Qué demonios? ¿Deberíamos seguirla? —pregunta Niall.
Sólo soy capaz de conseguir control sobre mi respiración. No quiero gritar como un bebé en frente de ellos.
—No.
—¿Es todo eso cierto? —susurra Michelle.
—Y algo más. Ella tiene todo el derecho a odiarme para siempre. Yo apesto completamente... yo era un bastardo egoísta. —Me encojo de hombros, cruzando mis brazos, tratando de absorber algo del dolor sordo a través de todo mi cuerpo.
—Tú nunca nos dijiste nada —dice Michelle, sonando medio enojada, medio abrumada.
—Como he dicho, yo había hecho una promesa de no hablar de ello. Sigo promesas. Todo el asunto estaba tan estropeado.
—Obviamente —dice Niall. Le disparo una mirada.
—Y si tú alguna vez le dices a alguien lo que sabes sobre el pasado de Jess, o el contrato. O cualquiera de este verano entero, yo personalmente destrozaré cada pizca de tu apestoso trasero...
—No lo haré. Jesús. No lo haré, que loco. Relájate. —Niall, ovilla sus manos en puños.
—Yo debería estar regiamente cabreado de que mi mejor amigo me tuviera tan al margen. Siento como si estuviera mirando a un extraño en estos momentos. Tomaste su dinero a pesar de que... ¡espera un minuto! Harry... mierda santa. —Niall baja la voz—. ¿Jess Jordan es la razón por la que abandonaste al equipo de hockey? ¿El por qué conseguiste tu trasero pateado el primer año?
Miro lejos. —No fue culpa de ella directamente. Pero sí.
Niall continúa: —Tú eres el mejor jugador de hockey sobre hielo en el estado. Pero no tienes equipo ni dinero de la beca. ¿Y todo es a causa de esa chica desgastada? ¿Y todavía crear un acuerdo donde ella sería tú novia durante todo el verano? —Niall silbó—. Como he dicho, creo que no tengo ni idea de quién eres. Hombre, estás loco.
—Niall. No lo está. Él está enamorado. ¿Qué no lo oyes? —Michelle coloca su brazo alrededor de mí—. Lo siento tanto. No puedo creer que Jess llegara a un acuerdo como ese en primer lugar.
—Ella estaba desesperada. —Empujé su brazo lejos. Irritado, ambos parecen querer culpar a Jess por una situación que es mi culpa. Tengo que hacerles entender—. Sus padres no iban a dejarla ir a la universidad a menos que pudiera demostrar que finalmente se había convertido en―mejor- o ―normal- o lo que sea el jodido requisito previo que se les ocurrió para ella. Me enteré de su plan y me anoté. Cómo podía no hacerlo. Sabiendo lo que sabía, sentí la obligación de intentar ayudarla.
Ella no me recordaba. Pensé que estaría bien... hasta que quería más. Esto es mi culpa.
—Está bastante claro que ella no está ni siquiera cerca de lo normal—Niall dice en voz baja.
—No vuelvas a decir eso. Ella es perfecta. Tú tienes que conocerla bastante bien. Aparte de su cansancio todo el tiempo, es la persona más increíble que he conocido. Y a ustedes chicos les gustaba demasiado. ¿Y qué si ella tiene pesadillas? Todo el mundo tiene algo. No significa que no puedan seguir siendo impresionantes. —Me siento completamente vacío y preocupado, Jess debe sentir lo mismo. Lo que es peor. Pongo mis manos sobre mi rostro, y lloriqueo—. La decepcioné de tantas maneras en esa fiesta. Y esta noche la acabo de abandonar de nuevo. Mierda. ¿Creen que hay alguna posibilidad para mí de recuperarla?
—Tal vez puedas ponerte al día con ella en la Sala Psiquiátrica, porque ahí es donde te estas dirigiendo hombre, si tratas de dar seguimiento a este caso. —Michelle da un paso entre la cara de Niall y mi puño justo a tiempo.
—Chicos. No tengan esta pelea. Vamos a casa antes de todos hagamos algo de lo que nos arrepentiremos.
—Querrás decir algo más —digo.