Jess's P.O.V
Abrí mis ojos de golpe cuando los golpes comenzaron en la ventana de mi lado. De todas formas, no he sido capaz de dormir. Principalmente porque cuando me levanto, se Harry ha estacionado cerca, leyendo en su auto. Fingiendo leer, eso es.
Todo este tiempo, he estado pretendiendo dormir, ¡vaya! No creo que haya esperado todo este tiempo.
Agarro mi bolso y abro la puerta, tratando de ignorarlo. Pero ignorar a Harry Styles es como ignorar a un elefante en un tutú. Un elefante realmente caliente, en un muy varonil tutú.
Claro, tuve que echar un vistazo. Especialmente cuando tuve que negarme a mí misma a mirarlo por días. Él es perfecto en sus shorts cargo color café, luciendo la camisa negra de Stars Wars que Señor Foley nos dio la semana pasada como un extra. Apreté más mi cárdigan a mí alrededor. No hay necesidad de que él se dé cuenta de que andamos con camisas a juego.
El sexy olor a limas viene de su húmedo cabello lleno de ondas. Nunca noté las limas antes de Harry Styles. Y ahora, cuando estábamos en el súper mercado las olía como una psicópata y luego las dejaba en su lugar. También, es sorprendente cuán seguido salen las limas en la TV. Están en todas partes. Mi tienda favorita de burritos incluso usa limas frescas para hacer el palillo saldo para sus totopos de tortillas fritas a mano. UGH.
Solía ser capaz de resistirme a comer sólo unos pocos, pero últimamente, me he convertido en una adicta-de-totopos-de-lima.
—¿Dormiste lo suficiente? —pregunta.
—Porque es fácil tomar una siesta cuando te están viendo. — Estallo—. ¿Por qué estás aquí?
—Jess...
Me encuentro con su dolorosa mirada de manera intensa. Soy incapaz de sostenerla por mucho tiempo. Han sido sólo unos segundos y él ya tiene todas mis defensas funcionando mal en todos los niveles.
Solidifico mi expresión a una plana. Aburrida. Muerta.
Él suspira.
—No tendría que andar persiguiéndote si tú me devolvieras los mensajes. He llamado cada noche a las siete. Y dejado mensaje las demás horas. ¿Por qué no me hablas?
—El contrato establece que debes enviar mensajes y llamarme. No hay nada en él que hable de que yo deba hacerlo.
—¿Ese es el por qué?
Lo miro sin pestañear.
—Dios. Hablas en serio. —Él cruza sus brazos y me mira. Está tan cerca que puedo sentir el calor irradiando de él. Calor que he anhelado como una adicta después de haber estado envuelta en sus brazos la otra noche. Saqué una Red Bull de mi bolso y puse la gaseosa justo debajo de su nariz. Afortunadamente, el entendió la insinuación y tomó un paso hacia atrás.
—No puedo creer que andes enfurruñado en un estacionamiento de esta forma —digo. Mi corazón corriendo en mi garganta porque cometí el error de mirar a sus ojos. Lo ahuyento mientras engullo el resto de la Red Bull. No importa cuán rápido él hace que mi corazón corra, no voy a caer en su magia esta vez—. Yo... tú... dijiste ya es tarde. Necesitamos entrar.
—Yo igual. Pero... te extraño. ¿Podemos almorzar juntos hoy? Haz que Señor Foley te traslade de vuelta a la barritas de luz y a DigiToyTech. Sé que podemos hacerlo funcionar. —Él gentilmente agarra mi brazo y me da la vuelta para que pueda encararlo.