We promised a forever ✨

010 (Im not out of mind)

El tintineo de una cuchara golpeando constantemente contra el cristal era todo lo que llegaba a sus oídos. 

También el tenue repiqueteo de la lluvia contra la ventana. 

Sus ojos estaban perdidos en una vela que titilaba en medio de un pequeño candelabro situado en la ventana. 

La llama se movía de un lado a otro; frágil, inestable. 

Como si en cualquier momento fuese a apagarse por la mínima ráfaga de viento, como un suspiro pendiendo de un frágil hilo. 

Joshua se encontraba en una cafetería tratando de relajarse por lo mal que había quedado con el incidente anterior; pero le era imposible. 

Seguía temblando, su respiración seguía agitada, casi jadeando, estaba helado y parecía estar a punto de entrar en una nueva crisis. 

Si JunHui no hubiese estado unos cuantos metros atrás intentando alcanzarle para tomar el café junto, posiblemente en su ataque de pánico lo hubiese arrollado un carro nuevamente cuando el semáforo cambió de rojo a verde. 

JunHui estaba en silencio, su mirada hacia el mayor parecía ser más bien lastimera. 

Por eso Joshua evitaba mirarlo a los ojos, sabía que JunHui ahora mismo lo encontraría como un loco, y si no hubiese sido JunHui el que lo hubiese rescatado de aquel horrido momento, seguramente ahora mismo estaría con camisa de fuerza en una habitación de esponja. 

Su trémula mano dejó de moverse una vez que Jun extendió la suya por la mesa y la envolvió. Joshua levantó la mirada al fin y se mordió los labios. 

—Tengo una idea, ¿te gustaría que buscáramos trabajos de tiempo completo como baristas en una cafetería? Como lo hacíamos en la secundaria, ¿recuerdas? Cuando necesitábamos dinero y trabajábamos a medio turno y obteníamos buenas propinas coqueteando con las noonas que se veían bien vestidas—. 

Al fin una sonrisa se alzó en las comisuras de Joshua. 

Aun así sus ojos seguían vidriosos. 

—Bueno, ahora podríamos coquetear con damas bien vestidas y un poco mayores, pero ya sabes, tendríamos buenas propinas seguramente—. 

La mano de Jun que sostenía la de Joshua se balanceaba adorablemente como si aquello sumado a su idea fuese a animar al chico que lucía devastado; como si acabase de perder a alguien importante. 

—Termina de hablar de una vez—. 

Le respondió Joshua secamente y con la voz cortada presintiendo qué iba a decir JunHui o haciéndose a la idea de lo que tenía en mente. 

—Lo siento... pero sé que sabes qué estoy pensando. 

Somos muy jóvenes aún, veinticuatro años recién cumplidos y yo a medio año de cumplirlos, tal vez deberíamos ganar más experiencia antes de lanzarnos a algo tan complicado como involucrarnos con mentes tan complejas—. 

Joshua no reprimió una risa que parecía más bien que quería transformarse en un llanto escandaloso, JunHui por su parte no soltó su mano en ningún momento, por el contrario, la sostenía con más fuerzas. 

— ¿Crees que todo esto es producto de mi imaginación? O que lo estoy inventando o algo así... No me crees, ¿verdad? —. 

Pronunciar cada palabra para Joshua fue como si cada una saliera en forma de cristales rotos cortando su garganta. Era Jun; no iba a esconder aquellas lágrimas que salieron inminentemente humedeciendo sus mejillas, le hería que la persona más importante en su vida no le creyera.