Final

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Mi abuelo lo era todo para mí, todos los días que podía me visitaba en esta gran casa y llenaba con música mi corazón, amaba mucho a mi abuelo, él con sus canas y buen porte, no intimidaba a nadie, o por lo menos a mí; siempre me regalaba cálidas sonrisas y sacaba de mi realidad cuando yo simplemente estaba encerrada en el mundo de las apariencias, mi abuelo era mi adoración, no había nada más que quisiera que a él.

- Lucy-chan vamos a tocar al piano – dice mi abuelo con su sonrisa.

- ¡Si! – tomo su gran mano a comparación de la mia.

Eso hacíamos mi abuelo y yo, solo tenía cuatro años y ya sabía mi primera pieza de piano "Para Elisa" de Beethoven; como esa empecé aprender más partituras y salían muy bien; pero a mi abuelo le salían como los ángeles (eso creía en ese tiempo). Tocábamos el piano, me contaba historias mientras comíamos galletas, me hablaba de Loki el niño travieso que cuidaba, prometió traerlo en alguna ocasión; mi padre no toleraba al niño, tampoco toleraba el hecho de que yo saliera de casa. El piano y mi abuelo se volvieron mi consuelo, los amaba.

- Recuerda Lucy, cuando toques el piano debes trasmitir lo que sientes – lo mire sin entender – De lo contrario la pieza sonara aburrida y carente de sentimientos, al hacerlo los que te escuchan sentirán lo mismo.

En ese tiempo no lo comprendía, según las empleadas mis melodías eran bonitas, eso solo sucedía cuando tenía un rato libre y no estaba mi abuelo. Las clases se tornaron más pesadas y no tenía tiempo de tocar el piano, mi abuelo siempre era mi salvación y nadie podía reprocharle.

Así como la primavera tiene su final en el invierno, así fue la vida de mi abuelo, su entierro se llevó de la mejor manera, varias personas se presentaron a despedirlo, aunque ninguno de ellos tenia alguna simpatía por su partida. Había quedado observando la lápida de mi abuelo, no llore (a mi abuelo nunca le gusto que llorara a él le gustaba que yo sonriera) Alguien lloro por mi ese día, fue un llanto que escuche a unos pasos míos: un niño probablemente de mi edad lloraba sin consuelo; tenía el cabello color naranja e iba acompañado de una señora bastante atractiva de cabello azul.

Me acerque y toque su hombro, el niño temblaba debido a su llanto. Él se giró hacia mí y lo reconocí perfectamente, ese niño era el que cuidaba con mucho cariño mi abuelo, era mi primo Loki Heartfilia.

- No llores, al abuelo no le gusta que lloremos – anime al niño, al parecer mis palabras le ayudaron – No estás solo, me tienes a mi Loki-kun – sonreí.

En ese tiempo yo era lo único que tenía, así que se aferró a mí, como si tuviera miedo de que yo desapareciera. Desde ese día deje que me conociera más, era un niño muy alegre, así lo apelaba él abuelo no había error, ese niño tenía la energía de miles de caballos juntos, Loki nunca se separó de mí, el abuelo se había convertido en mi piano y Capricornio el hombre que lo había nombrado algo así como una niñera eran mis amigos. Levy-chan mi mejor amiga me visitaba de vez en cuando y ese no fue la excepción, mientras lo demás le daban el pésame a mis padres yo había subido al lugar favorito de ambos. Comencé a tocar la partitura de Bach "Air" me sentía triste, pero a la vez alegre, no negare que extrañare a mi abuelo, pero sé que estará en un mejor lugar, seguía tocando como si la que fuera el piano era yo, no sentí pasos acercarse cuando termine, una voz chillona alago mi melodía, no podía ver su rostro, pero deduje que era un niño, agradecí que el enorme piano me cubriera, estaba llorando.

- ¿Por qué? – pregunto al niño que gusta de mi música.

- Porque expresas todo lo que sientes – me sorprendí por su respuesta, así que seguí preguntando.

- ¿Qué es lo que siento?

- Tristeza y alegría juntas – él lo sintió, sintió mis sentimientos (abuelo lo logre).

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