ALA ROTA (Parte 2)

231 22 2
                                    

Desde tiempos inmemorables ha existido la necesidad del hombre, en todos sus aspectos, dando una constante lucha por dejar su dominio en el mundo, haciendo que la soberbia y la fuerza bruta de su ser corrompa desde la tierra hasta el infierno, ¿pero qué pasa si estas se mezclan? Peor aun cuando se le involucra un tramo de cielo.

-Ngh... grnh... ah...-

-¡TRAGALO TODO MALDITA PUTA!-

-Ah... lástima por ti que no te toco el culo, es tan húmedo y estrecho...-

-Cállate maldita mierda, la próxima vez a ti te toca la boca...-

-Angh....-

-Tsk...-

Los mil demonios desatados en un ángel de mirada verdosa, bañándole de blanquecina viscosidad, soltando insulto a su ser solo para quebrantarlo más de lo que ya estaba. Deberes que para algunos serian aberraciones, estos son de gran vida cotidiana en lugares como canceles, anexos, internados, asilos, manicomios, o peor aun... todos juntos.

Su nombre es E303, un código que hacia olvidar su verdadero yo; Eren Jaeger (de 9 años). Ante las mentiras bíblicas, ese código era un privilegio para aquellos que lograban pasar las barreras de la naturaleza. Nada más que pobres almas en desgracia que llegaron a parar en ese cacho de infierno negro, porque no había color más exacto para representar a "Wand Mary" o mejor conocido como "La Muralla de los Locos".

-¡Hey maricon!-

Recalco uno de los guardias que entraba a la celda, mirando con asco al pequeño que temblaba en una esquina, cubriéndose con una sucia y delgada manta, apenas resaltando la rubia cabellera y sus llorosos ojitos azules...

-Aquí tienes...-

Acto seguido su compañero entro, arrastrando el cuerpo que hace un momento desgarraban a placer. Ambos solo salieron riendo a carcajadas, cerrando la puerta tras de sí...

-¡EREN!-

El menor grito, se acerco para analizar la ya típica situación de su amigo, este abrió los ojos lentamente. Verde y azul se cruzaron, estas miradas llorosas y llenas de dolor extremo, fundiéndose en un delicado abrazo, única cura para aliviar las amargas asperezas de su vida...

-Ar... min...-

-Eren...-

-Te qui... quie...ro...-

-Nunca te dejare solo...-

-Arm...-

-Ya no hables...-

Con la fuerza que pudo llevo a su querido amigo al mugriento colchón que hacían llamar cama y comenzó a cubrirle con la manta, cosa que a Eren no le pareció...

-Armi-min no...-

-No comiences de nuevo Eren, ya te lo dije, nunca te dejare solo...-

-Pero...-

-Estas muy lastimado...-

-V-Vale la pe-pena...-

-No digas eso...-

-No quiero que te lastimen...-

Casi siempre era su misma conversación, el de Armin por tener que lamentarse de que su amigo se sacrificara por él, y el de Eren por provocarle esa angustia, pero él haría eso y mucho más, si era necesario llegar hasta los brazos de la muerte lo haría si así Armin podía ser feliz.

Rapto de CorduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora