El rey cabra bajaba lentamente las escaleras en la casa de los Wingdings mientras su decisión aún estaba fresca y firme en la mente. Pisó el último escalón y tan pronto como sus plantas tocaron el suelo miró a los dos esqueletos presentes, una ligera sonrisa estaba pintada en su rostro y por algún motivo su corazón lleno de esperanza, debía reevaluar su decisión y el método para liberar a su pueblo, tal vez con Gaster aquí, las cosas serían más sencillas.
Miró por un momento al padre de la familia de los esqueletos y ambos parecieron comunicarse con la mirada. El macho cabra avanzó hacia ambos y se detuvo justo en frente poniendo una mano en los hombros del Sans que había agachado la cabeza en señal de respeto.
La mano de Asgore era significativamente grande, sólo tres de sus dedos peludos cabían sobre Sans, cosa que a este último le dio gracia pero evitó reír dada la situación. Después de todo sería muy descortez burlarse de su rey siendo incluso invitado en su casa.
Asgore pronunció palabra, mientras ambos espectadores le miraban prestando suma atención, la sentencia del alma roja se estaba determinando.
-A partir de ahora ningún habitante del subsuelo buscará la muerte de esa muchacha, por supuesto yo tampoco, pero será ella quien debe probar su valía ante todos- Asgore dirigió su mirada hacia Gaster -Para que no pase otra vez lo mismo, para que está vez si tengamos esperanza.
Lentamente cambio su vista a Sans con una mirada firme, con la mirada de un rey, pero aún así demasiada amabilidad en sus ojos, tanta que en rutas anteriores la había convertido en su ruina. Sans procuró escucharle y mirarle fijamente en símbolo de respeto.
-Para que esa chica también tenga un futuro, Yo, Asgore Dreemurr, guiaré la esperanza y liberación del Ángel de la profecía- Su última palabra fue dicha y sonrió a ambos a la vez que quitaba del hombro ajeno sus felpudos dedos y acomodaba su cuerpo a su altura normal con la espalda erguida
-Mi rey, eso quiere decir que...- Un asombrado Sans daba un paso al frente dudoso y preocupado aún sin creer lo que había acabado de oír pero aún así con una risa esperanzada en sus pómulos. Frisk estaba a salvo ya...
-Esto es algo que ya había decidido desde antes, sólo quería ver su rostro. En el camino aquí todos los que me veían y conocían a la humana me hablaban de ella, y de su amabilidad, incluso mi más leal capitana de la Guardia... Estaba sorprendido así que quería conocer a esa persona tan importante para mi pueblo- las palabras de Asgore denotaban admiración en cierto modo, esperanza y felicidad.
La esperanza que había perdido su pueblo sería devuelta, la esperanza que todos necesitaban. Y como si de un peso olvidado se tratase la carga de seis muertes paso por encima de los hombros de Asgore mientras miraba al futuro. Debía mucha gratitud a tantos.
Con una última reverencia y una cordial despedida el rey monstruo salió de la casa navideña dirigiendo sus pasos a su castillo, no sin antes saludar a cada habitante del nevado lugar, quienes contemplaban boquiabiertas la escena.
-Creo que no dormiremos bien hoy ¿No viejo?- El comentario cansado de un Sans que suspiraba mientras colgaba su abrigo azul sobre uno de sus hombros le causó una mínima gracia al mayor. Estar reunidos otra vez era bueno. Y a decir verdad, había extrañado en demasía el hablar despreocupado del mayor de sus hijos.
-¿Donde está 'Pyrus?- Gaster no tuvo necesidad de contestar a la pregunta anterior ya que sabía que no había sido hecha con intención de respuesta sino con la intención de romper el hielo luego de tanto tiempo sin estar a solas como padre e hijo.
Le resultó gracioso. Sans esforzándose.
-Paps dejó una nota cuando yo y la niña llegamos la vi, decía que iba a dormir en casa de señorita pescado, aunque creo que a ella ya la vieron cuando pasaron por ahí. ¿No?
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Undertone: Los Tonos de un Alma Triste
FanfictionErrar es humano. Alguna vez seguro lo escuchaste, los errores son parte de nuestra estúpida naturaleza humana. Pero hasta la criatura más idiota tiene un límite y hasta el ser más bondadoso se cansa. ¿Qué pasaría si en uno de tus intentos de satisfa...