Un silencio increible reinaba en la casa siempre animada de Snowdin, ya que el ambiente de por sí se encontraba un poco tenso, sumado a la falta del esqueleto más alto que al parecer había dejado una especie de nota, por lo que pudo leer Sans, diciendo que tenía "lecciones especiales" con Undyne y que iba a pasar la noche en su casa; todo eso hacía que la situación se tensara más en la mente del más bajo.
"Papyrus se quedará con Undyne, son pasadas las 12 de la noche y la niña a la que acabo de decirle no esta sola conmigo" fue lo primero que se le pasó por la mente a Sans en cuanto cayó en la cuenta de la situación en la que se encontraba y no pudo evitar maldecirse centenares de veces.
¡Joder! De todas las cosas que le podían haber sucedido... Enserio ¿esto? ¿Tenia que estar a solas toda una noche con la chica a la que había acabado de rechazar? Perfecto, sencillamente perfecto. Es como si no tuviese suficientes cosas encima ahora que su viejo habia vuelto.
Le preocupaban ciertas cosas, cosas que como siempre no podía contar a nadie, cosas que seguro tendría que repetir pese a no querer. Internamente solo rezaba porque después de tantos años aquel loco hubiese cambiado aunque sea un poco, un poquito solamente, lo suficiente como para asegurarse de que no intentaría nada raro con ella como hizo con los otros.
"Gaster había vuelto" Había regresado de entre los caídos, había regresado de aquel vacio...pero... ¿Como?
La duda calcomió a Sans repentinamente desviandose del tema principal de sus pensamientos y llegando a una conclusion nada placentera.
Gaster había vuelto, pero no estaba solo cuando volvió.
Los recuerdos de la tarde vinieron a la mente del esqueleto bajo mientras más se concentraba en ellos. Gaster volvió, caminando por la nieve; eso fue un hecho, pero... no volvió por su cuenta, él, a pesar de ser poderoso, no tiene el suficiente poder para volver; entonces, alguien le ayudó. Rapidamente Sans fue atando cabos hasta que la respuesta más que obvia vino a su mente como un rayo, junto a la imagen de dos individuos sostenidos de la mano.
La imagen de Frisk soteniendo la mano de Gaster mientras caminaba en dirección a su casa, taladró por unos minutos su cabeza, Frisk, parecía muy cercana al viejo cuando llegaron. Frisk y él venían tomados de la mano.
Por un segundo Sans pudo sentir como sus celos se disparaban momentaneamente, cosa que le causó cierto enojo y pese a no quererlo, le llevó a pensar en su problema otra vez: Frisk.
Frisk le estaba ocultando cosas, de eso no le cabía duda, le ocultaba cosas, como en aquella ruta; Frisk sabía de antemano de Gaster, todo le indicaba eso, Frisk le guardaba secretos otra vez: La razón de sus extraños desmayos, la razón por la que aquella vez estaba llorando, cuando apareció herida sin motivo aparente, el nombre que mencionó extrañamente, el como evitó sus preguntas. Frisk le estaba mintiendo.
Y cuando llegó a esa conclusión el alma de Sans por un segundo se congeló, la Frisk que hasta hace momentos le había dicho que lo quería, que gustaba de él; esa Frisk ¿le estaba mintiendo...?
Nervioso y desesperado por sacar sus divagaciones de su cráneo y pretender que nada sucedía trató de seguir tomando de su ansiada ketchup pero cuando fue a dar otro sorbo, notó como ya la botella se le había terminado. ¿Acaso estaba tan nervioso como para terminarla tan rápido? Sus pentamientos realmente eran un desastre en ese instante.
Justo en cuanto fue a tomar otra botella de aquel condimento, la puerta del baño se abrió y asomada en esta se encontraba la chica castaña. Sus miradas se cruzaron y el nerviosismo de Sans aumentó considerablemente, Frisk, en cambio, estaba extremadamente tranquila y neutral, incluso sus ojos se habían vuelto a cerrar y permanecer como de costumbre, cosa que dejó pensando a Sans por un segundo, pensando otra vez en todas sus conclusiones anteriores.
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Undertone: Los Tonos de un Alma Triste
FanfictionErrar es humano. Alguna vez seguro lo escuchaste, los errores son parte de nuestra estúpida naturaleza humana. Pero hasta la criatura más idiota tiene un límite y hasta el ser más bondadoso se cansa. ¿Qué pasaría si en uno de tus intentos de satisfa...