Undertone: Los Tonos de un Alma Triste

[Back Story Chapter I] One monarch...one Kingdom

Desde hace mucho tiempo, en la tierra reinan dos razas....Humanos y monstruos... Por años las dos razas han coexistido en armonia...Pero...un dia...
El reino humano traicionó a su propia reina, ella luchó, pero murió. Desde ese dia las hechizeras fueron desterradas del reino u obligadas a no usar su magia... y la tregua entre ambas razas se rompió. Muchos años después, comienza su historia
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Era una hermosa mañana, las aves revoloteaban, los capullos se abrían, una brisa suave chocaba lentamente en las ventanas del dormitorio real, donde aún dormía plácidamente el príncipe de los humanos... Roy Luphar, ese era el nombre del futuro monarca del reino humano...y como a todos los príncipes y miembros de la realeza, era ya hora de que su ama viniese a despertarle....
Y como todos los días el suave toque de la ama del muchacho fue suficiente para que este abriese sus ojos y se estirara en su cama, ya que como siempre, no se permitía el depender de otros y por ende no necesitaba que aquella mujer entrase a su habitación para malcriarle vistiéndolo o bañándolo, el era independiente, no necesitaba de esos cuidados desde que tenía 4 años...desde que su madre habia muerto...
No necesitab ayuda en nada, a diferencia de otros miembros de la realeza como su hermana pequeña llamada Reyna, que pese a ser sólo un año menor que él, aún le eran necesarios aquellos servicios, incluso más ya que por ser chica debía hacer cosas que el no podía, como cepillarse el cabello y usar lindos moños y largos vestidos...
-Su alteza, el rey desea verle en la sala del trono...- la voz de su ama del otro lado de la gran puerta le sacó por completo de sus pensamientos y le hizo reaccionar y comenzar a levantarse para dirigirse al vestidor de su habitación, no sin antes responderle con voz firme a la ama
-Entendido, digale a su majestad que ahí estaré en unos minutos- luego de escuchar la respuesta de "Como ordene" por parte de la mujer y sentir sus pisadas alejándose del lugar soltó un gran suspiro relajado y se dispuso a cambiar sus ropas por el traje real de príncipe, que consistía en una camisa blanca y sobre esta una especie de saco de color rojo con las típicas hombreras de color dorado y unos pantalones carmelitas con unas botas altas y ajustadas de color negro, tan brillantes,  que parecian nuevas, aunque lo cierto era que tenian varios años, y estaban así de resplandecientes por estar acabadas de lustrar
Cuando ya estaba presentable y listo para ir ante su rey, o más bien padre, se dispuso a salir de su habitación y dirigirse directamente a la sala del trono donde el monarca reclamaba su presencia...
Una vez ahi, se presentó como normalmente lo hacia inclinándose frente al mencionado
-Me mandó llamar, honorable padre- un tono de respeto se hizo presente en los labios del chico, pese a estar vinculados sanguineamente, el rey no era una de esas personas...amigables, no desde la muerte de su querida Reia...

El rey era un hombre alto pese a estar sentado en el trono de terciopelo rojo mientras sostenia su cetro, su cabello era castaño oscuro un poco largo mas su barba era negra y le llegaba hasta la clavícula, era uno de estos hombres de mirada fria que imponia respeto con solo un destello de sus ojos, y todo empeoró desde hace 10 años en aquel incidente...donde falleció su reina

-Príncipe, hay asuntos de los que debo tratar contigo...- la voz firme y un tanto cruel sonó por todo el lugar haciendo un gran eco mientras que la persona frente a el tragaba profundamente saliva y cerraba los puños apretandolos  -Los años pasan, y me pongo viejo, por otro lado nuestros enemigos no...- ya tenia sospechas de lo que continuaba despues de que su rey le llamara tan temprano en la mañana, lo sabia...pero aun así esas palabras golpearon lo suficientemente al principe como para que abriera sus ojos y se contrayera su iris color vino...mas sabia que frente a aquel hombre no podia mostrar miedo...debia estar...determinado

-A donde quiere llegar con todo esto?- Encaró a su padre y trató de parecer neutral respondiendo de una manera muy natural y casual, lo qie logró levantar sospechas en el viejo hombre de 40 años

-Es tiempo de que tu tomes mi lugar como futuro monarca- dijo claro y directo el monarca con un tono dominante e impositivo causando el descontrol total en el contrario