Capitulo 12

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Cuando llegó a la sala de estar, pudo oír a Justin tarareando junto con la radio de la cocina. Se asomó por la esquina y vio con asombro como cocinaba. ¿Cómo era posible que este Justin pudiera ser el mismo coqueto mujeriego arrogante y egocéntrico que a veces la volvía loca? Era como si tuviera a dos personas habitando el mismo cuerpo.

Justin la atrapó mirando, y ella le sonrió tímidamente mientras entraba descalza a la cocina. Inhaló profundamente.

—Algo huele de maravilla.

Una expresión complacida apareció en su rostro.

—Me decidí por camarones rebozados. ¿Pensaba que podríamos comer afuera en el patio si te parece bien?

Ella asintió.

—Suena genial.

Él abrió la puerta de atrás, y ella salió. Beau llegó galopando hacia ella.

—¡Abajo chico! ¡Ni siquiera lo pienses! —gritó Justin.

Beau empujó a regañadientes las piernas de ______.

—Buen chico —contestó ella, recompensándolo rascándole detrás de las orejas. Mientras miraba alrededor del impecablemente cuidado patio, sus ojos se ampliaron ante la vista de una piscina bajo suelo—. Todo esto es tan hermoso.

—Gracias.

Le extendió una silla y ella se sentó en la mesa. Él ya la tenía completamente puesta para ellos con servilletas de lino. Un vistazo a su plato lleno de camarones rebozados hizo gruñir su estómago. Cuando Justin se sentó, ella le sonrió.

—No puedo agradecerte lo suficiente por el baño y la ropa. Me siento como una persona nueva.

—De nada.

Después de tomar un bocado de pasta, levantó la mirada para encontrar a Justin mirando fijamente a su pecho. Cohibida, cruzó los brazos sobre sus pechos tratando de esconder el hecho de que se mantenían presionados contra el material.

Se aclaró la garganta, y él rápidamente desvió la mirada.

—Justin Bieber, ¿estás mirando mis pechos como un adolescente cachondo?

Le dio una sonrisa avergonzada.

—Es un poco difícil no hacerlo cuando están a punto de fugarse de la camiseta.

Ella resopló con exasperación.

—Bueno, odiaba estirarla ya que no es mía, y encaja en todas partes excepto en el pecho. —Miró hacia abajo y se estremeció—. Ugh, por lo que quiero conseguir una reducción de pecho.

—Jesús, ¿por qué querrías hacer eso? Tus pechos son increíbles.

_______ puso los ojos en blanco.

—Eso es algo que diría un hombre. No tienes idea del verdadero dolor de cabeza que son. Mi espalda me mata, sin mencionar que es difícil encontrar blusasque me queden bien. Luego esta todo el factor de ellas volviéndose más grandes cuando estás embarazada.

Justin se humedeció los labios.

—¿Lo hacen?

—Sí, pervertido, lo hacen.

Él rio.

—Lo siento, pero soy un hombre completamente de pechos, así que esa posibilidad en realidad me excita.

—¿Un hombre de pechos es lo opuesto a qué? ¿Un hombre de culos o de muslos?

Asintió.

—Por supuesto, no hace falta decir que tanto tu trasero como tus muslos también son increíbles.

La Proposición - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora