Capitulo 29

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Justin combatió su suspensión de incredulidad mientras se sentaba en el asiento trasero de un auto con destino a la iglesia de Earl y Virginia. La última vez que había ido a misa fue en el bautismo de Mason, y ni siquiera podía recordar una vez antes de esa. Esto en cuanto a cumplir con la promesa que le hizo a su madre acerca de asistir una vez a la semana. Al menos ella estaría orgullosa de que estuviera recibiendo algún tipo de orientación moral. 

Sentada a su lado, ______ permanecía callada. Justin bajó la mirada hacia ella. Se veía hermosa en un vestido azul hielo que era mucho menos atrevido que el vestido que había llevado el día anterior. Con las manos cruzadas sobre el regazo, ella parecía recatada e inocente salvo por la curva de su estómago. Antes de que pudiera detenerse, él se acercó y le tomó la mano en la suya. 

Una sonrisa curvó sus labios antes de que ella se volviera para mirarlo.

—¿Estás seguro de que estás bien con esto? —susurró.

—Estoy bien.

A medida que se detenían en el concurrido estacionamiento, ______ negó con la cabeza.

—Famosas últimas palabras.

Él no tuvo la oportunidad de preguntarle. En su lugar, fueron emboscados en el momento en que salieron del auto. Que ______ volviera a casa a las montañas y a la iglesia parecía tener casi un estatus de celebridad. Le tomó totalmente por sorpresa.

Las mujeres estaban sorprendidas y maravilladas por ella mientras daba incontables abrazos. Las manos fueron empujadas ante él y las presentaciones se hicieron. Dedujo que ella no había traído a un hombre, novio, o a un pedazo de carne masculina con ella a la iglesia desde Travis.

Finalmente la multitud de personas se despejó, y fueron capaces de entrar en el edificio.

—Así que... —dijo, abriendo la puerta para ella.

Ella hizo una mueca.

—¿Así que...?

—¿Puedo obtener tu autógrafo después? —bromeó.

______ se rio.

—¡Eres tan malo!

—No me di cuenta que estaba saliendo con la querida de la ciudad.

—Lo siento. Me olvidé de mencionarlo —se quejó.

—Lo siguiente que me dirás es que fuiste la reina del baile o algo así.

Cuando ella apretó los labios, abrió los ojos.

—¿En serio?

Asintió con la cabeza.

—Pero era un instituto muy pequeño.

Justin le pasó el brazo por encima del hombro.

—¿Qué más me has estado ocultando, reinecita?

—¿_____? ¿Eres tú?

Justin sintió como ella se tensaba a su lado. Estudió a la mujer atractiva y bien vestida que parecía tener unos cincuenta años. Su radiante sonrisa se desvaneció cuando sus ojos se enfocaron en el hinchado vientre de ______. Una expresión de angustia cruzó su cara, y Justin pensó que iba a echarse a llorar.

—Hola, Jane. Es bueno verte de nuevo —dijo ______, agradablemente.

Jane se recuperó momentáneamente, arrastrando su mirada fuera del estómago de ______ y hacia ellos. Sin vacilar, atrajo a ______ a sus brazos.

—Estás absolutamente resplandeciente, cariño. Estoy muy orgullosa y feliz por ti. Estoy tan contenta de que tus sueños de ser madre estén finalmente haciéndose realidad.

La Proposición - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora