Capitulo 11

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La mente de ______ se reprochaba a sí misma todo el viaje en ascensor de vuelta a su piso. ¡Estás rompiendo todas las reglas yendo a su casa! ¿Recuerdas tú mantra entrar, hacer el asunto, y salir de ello? Estar de acuerdo en dejar que cocine para ti y tratar de consolarte, seguro como el infierno que no es una parte de eso. ¡Te vas a arrepentir de esto! Se había convertido en su propio peor enemigo.

—¡Basta! —gritó justo cuando se abrieron las puertas del ascensor. Las dos mujeres esperando para entrar le dirigieron una mirada extraña. Agachó la cabeza y luego caminó con fuerza a su oficina. Agarró su bolso y cartera, cerró la puerta y luego le puso seguro.

Una vez que llegó a la planta baja, se paseó por el vestíbulo. Justo cuando pensó en rebotar a Justin para preservar su propia salud mental, apareció ante ella.

—Siento haberte hecho esperar.

—Uhm, no, está bien.

Lo siguió por la puerta lateral al estacionamiento techado. Cuando el acceso sin llave en sus manos destelló las luces de un Mercedes convertible negro, dio un bajo silbido.

—Bonito auto, señor Bieber.

Justin se río entre dientes.

—Gracias, señorita Harrison.

—Estoy impresionada de ser escoltada con tal estilo.

Él sacudió la cabeza.

—Ahí vas con esa boca de nuevo.

_______ echó el bolso en el piso y luego se deslizó por el asiento de cuero. Además del hecho de que cuesta el doble que su Honda, estaba impecablemente limpio por dentro. No se podían encontrar una migaja o un rastro de polvo, mientras que en su auto un pequeño pueblo podría haber sido alimentado por los restos de comida del desayuno o la cena a la carrera.

—¿Te importa si bajo el descapotable?

—No, por favor. Está hermoso afuera hoy.

Justin apretó un botón en la consola, y el techo comenzó a retraerse. Al salir de la del estacionamiento,  ______ metió la mano en su bolso por un clip.

Después de tirar su cabello largo hacia atrás, cerró los ojos y dejó que la brisa pasara sobre ella.

—¿No me digas que soy tan aburrido que te me vas a quedar dormida?

_______ se rio.

—Lo siento. Solo estaba descansando los ojos por un minuto.

No estuvieron mucho en la interestatal antes de que Justin agarrara una salida. Cuando él se detuvo en un más antiguo y establecido barrio, ______ se volvió hacia él, sorprendida.

—¿Vives aquí?

Él se rio entre dientes.

—¿Qué se supone que significa eso?

Ella se encogió de hombros.

—No lo sé. Supongo que te veía viviendo en un edificio de apartamentos elegantes y de moda en un alegre piso de soltero.

—Bueno, si quieres saber la verdad, yo solía vivir en, como dices, un edificio de apartamentos elegante y de moda, en el centro. Pero entonces mi hermana, Angie, que es un agente de bienes raíces, me convenció de que tenía que dejar de tirar el dinero alquilando y hacer una inversión en una propiedad. De alguna manera suave me convenció de comprar en el barrio de nuestra otra hermana, Jazzy. —Él la miró y sonrió—. Creo que fue más la pretensión de ellas de ser capaces de mantener control sobre mí, pero se nivela porque tengo un montón de comida gratis. —Señaló a la izquierda a una enorme casa colonial de dos pisos con un porche frontal rodeándola—. Esa es la de Jazzy.

La Proposición - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora