Capitulo 22

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Un poco después de las tres, el sonido del llanto de Mason despertó a _____. Empujó a Justin que estaba tumbado encima de ella.

—Despierta, Justin. 

—¿Hmm?

—Mason está llorando.

Gruñó y rodó fuera de ella. Mientras _____ se ponía la bata, Mason soltó un chillido agudo. 

—Jesús, ese niño tiene un par de pulmones en él —dijo Justin antes de poner una almohada sobre su cabeza. 

Ella se apresuró hacia el corral.

—Shh, está bien cariño —murmuró, cargando a Mason. Su llanto disminuyó un poco, pero aun así continuó llorando. 

La voz de Justin llegó amortiguada debajo de la almohada: 

—___, ¿te importaría llevarlo a él y al llanto a otra parte?

La ira ardió en ______. ¿Cómo se atrevía a tratarla de esa manera? Moviendo a Mason sobre su hombro, utilizó la mano libre para golpear la parte de atrás del cuello de Justin. Fuerte. 

Él echó hacia atrás la almohada y la fulminó con la mirada.

—¿Por qué demonios fue eso?

—Porque estás siendo tan insensiblemente imbécil.

—Porque estoy sobrecargado de trabajo, bajo los efectos del desfase horario y solo quiero dormir —gruñó. 

______ sacudió la cabeza.

—Tu comportamiento esta noche está dándome seriamente algo en lo que pensar.

Justin se levantó en la cama y se frotó los ojos. 

—¿De qué te estás quejando ahora?

—¿Es así como va a ser con nuestro bebé? ¿Contigo solo pensando en tus propias necesidades egoístas, resentido con el bebé cuando se interponga entre nosotros y el sexo, y sobre todo, haciendo parecer que soy una madre soltera cuando estás en la misma habitación que yo? 

Poniendo los ojos, Justin tiró de la sábana. 

—Bien. Iré a preparar su jodido biberón. ¿Eso te hará feliz?

—Tal vez —contestó ella. A pesar de que salió de la habitación dando fuertes pisadas con el culo al aire, ______ sonrió porque su discurso lo hubiera afectado lo suficiente como para reaccionar. Cada pequeña batalla era una victoria en su favor. Se agachó suavemente en la mecedora, acariciando la espalda de Mason—. Espera, cariño. Tío Justin va a traer tu biberón.

Sus palabras tuvieron un pequeño efecto en él, y para cuando Justin regreso, estaba con la cara roja, resoplando con hambrienta rabia y agitando los brazos y las piernas.

—Maldición, hombrecito, cálmate —dijo Justin, empujando el biberón hacia ______.

—Gracias —dijo, con una sonrisa—. Parece que las rabietas corren en la familia Bieber —reflexionó, mientras Mason se aferraba al biberón.

—No tengo idea de lo que estás hablando —respondió Justin con una sonrisa. Se desplomó de nuevo sobre la cama—. Obviamente heredo eso de su padre, el imbécil que embarazó a Megan y salió corriendo. 

—Qué idiota. ¿Quién podría incluso pensar en dejar a un ángel como Mason o a un encanto como Megan? —contestó ______. Moviendo suavemente la mecedora de un lado al otro mientras Mason succionaba la leche con avidez—. Tenías hambre, ¿no es así? —preguntó, mientras lo colocaba en su hombro y lo hacía eructar. 

La Proposición - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora