CAPÍTULO XI

1.3K 159 105
                                    

           

Dulce y amargo sabor de boca

Yuri no podía créelo, hay estaba nuevamente como todas las noches. Aquel varón desesperado que le confesó su amor y compro sus servicios simplemente para hablar... había llegado, siete días seguidos.

- Parece que Romeo va por su Julieta - se burló Mila, la peli-roja disfrutaba cada segundo el sufrimiento de Yuri.

- Cierra la boca, bruja de mierda -

- Vamos, no te enojes así conmigo... jeje, yo no tengo la culpa de que un estúpido varón se haya enamorado de ti - las palabras llenas de veneno que soltaba Mila eran insoportables y no sólo era ella...

- Lástima que el pequeño minino no comparta el mismo sentimiento - Chris era mucho peor, porque... es peor que un doncel le diga a otro sus verdades que una mujer.

- Púdrete, Giacometti - era insoportable escuchar al "dúo de mierda", pero era mucho peor escuchar las palabras melosas de un varón - muy bien... ¿Ahora qué quieres de mí? -

- Lo mismo de siempre... sólo hablar - Otabek llevaba un lirio blanco y lucía muy hermoso. Yuri no dudo en agarrarla y tomarle la mano para dirigirse a su habitación y tener más privacidad - el color de tu ropa interior en lindo el día de hoy -

- Te gustaría ver lo que tengo abajo, no lo niegues - Yuri aún no creía "los sentimientos puros y honestos" de Otabek. Estaba consiente que todo varón (sin importar quién fuera) al final cae en la tentación carnal... pudriendo los sentimientos verdaderos y convirtiéndolos en lujuria, rencor, odio y desprecio. Así eran los humanos, más los varones... pero no importaba lo que pensara, Otabek no se rendía.

Cerró la puerta tras de sí, evitando la mirada de los chismosos de afuera. Otabek sólo miraba como Yuri enfurecido se resignaba a sentarse a su lado... con una cercanía de aproximadamente veinte centímetros.

- Sólo quiero terminar con esto rápido - dijo Yuri - habla todo lo que quieras, te escuchare y no replicare en nada. Vamos, cuéntame algo de tu vida... ya no quiero escuchar alabanzas de tu parte -

- Bueno, soy originario de Kazajistán. Tengo una familia dedicada completamente al comercio, pero me interesaban otras cosas... escape de casa y ahora soy patinador sobre hielo profesional, no tengo hobbies ni nada por el estilo. Estoy enamorado de un chico muy hermoso, aunque algo huraño... -

- ¿También escapaste de casa? - pregunto Yuri, era la primera vez en mucho tiempo que había sonado tan interesado en algo. Otabek sonrió por ello y continúo hablando.

- Si - contesto, sin preguntarle al rubio si él también lo había hecho - mis padres, los quiero... pero me dieron a elegir entre mi felicidad o su familia -

- Deberías regresar y pedirles perdón - dijo con tono serio - a veces la felicidad que piensas termina convirtiéndose en una pesadilla, yo... -

- Esta bien, no tienes que contarme a mí. Después de todo no somos cercanos - Yuri enrojeció, si se descuidaba le contaría su pasado al peli-negro... y lo que menos quería era otra persona que le tuviera lástima - y si te preocupa sobre mi asunto familiar... En realidad, he visitado a mis padres, trato de hablar con ellos lo más constante que puedo, mandarles dinero y medallas para que vean lo grande que estoy siendo. Pero, son orgullosos - soltó una pequeña risa - me cerraron la puerta en la cara y dijeron que ya no era más su hijo -

- Uy... lo siento -

- Bueno, no todos los padres son comprensibles con sus hijos... algunos se toman el orgullo como algo importante - a pesar de ver una sonrisa leve en el rostro de Otabek, sabía que en fondo la tristeza debía estar albergando su corazón. Es algo que él podía entender.

Metamorfosis (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora