♡ 44 | Mente nueva ♡

1K 78 6
                                    

44



Los hombres no son prisioneros del destino, sino prisioneros de su propia mente.

-Franklin D. Roosevelt





Narra Kate

No me quedaría viendo como Levy hacia todo el trabajo, quería servir para algo una vez en la vida, Zedd era mi mejor amigo y no era justo lo que había hecho.

Me acerqué a los dos y me puse de cunclillas, quería que Zedd supiera que lo que había hecho era para salvar mi vida.

Me acerque a su oído.

-Perdón, perdón... eres todo para mí- suspire, claro que no podía escucharme- no quise hacerte daño... lo arreglaré- le bese su mejilla antes de dirigirme hacia Levy- dime que podemos hacer algo-

Ella suspiro.

-No estoy muy segura, pero tenemos que hacer algo antes de que despierte y quiera matarte, así que es mejor que tú te vayas, yo lo sabré cuidar... mejor-

-Que tratas de decirme- me cruce de brazos- yo que sepa nunca has estado con él-

-Yo lo conozco mejor que tu-

-Pues nunca habla de ti... digo, si fueses mejor lo sabría- no era momento de discutir- no me iré-

-Para ser tan pequeña tienes muchas agallas- las dos estábamos frente a frente, ella parecía 10 centímetros más grande que yo-

Se escucho un suspiro de Zedd, señal que nos decía que teníamos que apresurar las cosas.

-Deberíamos...-comencé-

-Si- contesto Levy sin esperar a que terminara- por ahora, necesito que Zedd esté en un lugar más cómodo, después entraré en su mente para tratar de acomodar sus pensamientos- yo sólo asenti, Levy miro a un lugar de aquella habitación- tenemos que buscar un lugar-

-Lo buscaré yo- y me encamine a buscar un sitio, 10 minutos después encontré un camastro viejo- encontré donde- grite desde la otra habitación-

Acto seguido Zedd fue arrastrado por todo el piso, era pesado para nosotras dos.

Lo acomodamos y Levy comenzó su trabajo.

Yo me quede mirando en un punto fijo, pensando. Me sentía la peor de todo el mundo, como la vida podía cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

Quería recuperar mi vida, la vida antes de todo esto, cuando no me importaba nada, cuando no sabía que existían los ángeles ni los demonios.

Recordé la primera vez que había hablado con Zedd, me había parecido un chico lindo, a comparación con Luke.

Mi Luke.

El que se había llevado Isabel, y al que le había manipulado la mente para que me odiara.

Y luego pensé en que tal vez ya no lo vería más. Me dolió pensar en ello.

Mire a Levy.

- ¿Qué se supone que le harás? - pregunte-

El Chico Raro I - LUKEZELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora